A partir del 8 de abril y a lo largo de seis únicas funciones, la Sala Lugones (Avenida Corrientes 1530, CABA) exhibirá la monumental obra "La condición humana", el drama humanista de Masaki Kobayashi que es considerado uno de los mayores logros artísticos en la historia del cine japonés.
Estrenado en tres partes, este film épico de nueve horas y media de duración se basa en la novela homónima de Junpei Gomikawa. Narra el viaje de Kaji, un ingenuo joven que, durante los años de la Segunda Guerra, pasará de supervisor de un campo de labores forzadas a soldado del Ejército Imperial, y de allí a prisionero de los soviéticos. El film se revela como un crudo alegato en contra de la mentalidad militarista de una nación y, a nivel personal, como una verdadera tragedia existencial.
Las proyecciones son coordinadas por el Ministerio de Cultura, a través del Complejo Teatral de Buenos Aires, y la Fundación Cinemateca Argentina, en colaboración con The Japan Foundation y el Centro Cultural e Informativo de la Embajada de Japón.
Les detallamos la programación completa:
8 y 13 DE ABRIL 7 / 19:30: Parte I. No hay amor más grande.
Kaji elude ser reclutado por el ejército nipón al ofrecer sus conocimientos de organización empresarial en la logística de la industria de la guerra. Será destinado a un remoto rincón de la Manchuria ocupada, a una mina de carbón. Allí gran parte de los trabajadores son prisioneros de guerra chinos que desarrollan su tarea en condiciones infrahumanas, tratados como si fueran animales.
9 DE ABRIL / 15:00 y 14 DE ABRIL / 19HS: Parte II. El camino a la eternidad.
Kaji es llamado a filas por el ejército, en evidente represalia por su actitud complaciente con los trabajadores de la mina en Manchuria. Sospechado de simpatizar con el comunismo por su sensibilidad social, no parece fácil que pueda pasar de soldado raso, y los compañeros veteranos, al igual que hacen con otros de rango inferior, le someten a diversas vejaciones.
9 Y 15 DE ABRIL 19:30: Parte III. La plegaria del soldado.
Tras una sangrienta batalla con los rusos, los supervivientes del ejército japonés se cuentan prácticamente con los dedos de una mano. Uno de ellos es Kaji, quien junto con varios de sus hombres piensa en el mejor modo de volver a casa. Otros soldados nipones andan dispersos por una amplia zona de Manchuria y sus actitudes son muy diversas, entre otras, la de un oficial y su pelotón, escondidos en un bosque con la delirante idea de aguardar el momento oportuno y realizar una acción importante para su país. No es la idea que tiene Kaji, cada vez más pesimista. A él le sostiene sobre toda la idea de reunirse con su esposa Michiko.