En vísperas de su cumpleaños y el show que transmitirá por Instagram, el músico y compositor habló del disco que hizo en esa red social, de su presente y de los artistas que lo marcaron, entre otros temas.
Lucas Martí es, quizás, uno de los grandes compositores argentinos contemporáneos, desde A Tirador Láser, su banda formada en 1994 junto con Patricio Moses, Migue García y Nahuel Vecino, hasta su carrera solista que empezó en 2005, con discos encantadores como Tu entregador, Pon en práctica tu ley, Las sombras que evadimos, Nada es lo que parece y muchos más.
También ha creado el proyecto Varias Artistas, donde cantantes como María Ezquiaga, Juliana Gattas, Mariana Baraj, Emme, Julieta Brotsky prestaron sus voces a canciones compuestas por él. El año pasado decidió retirarse del pop y dedicarse a Atentado Legal, una propuesta de rock pesado y letras estridentes. En suma, es un artista prolífico e inquieto, pero con una línea en común que atraviesa lo que hace: el cuidado hacia la composición y una estética marcada. En sus palabras, “yo soy compositor por sobre todas las cosas, no me quiero mandar la parte ni achicarme. Tengo la experiencia de haber hecho más de 20 discos, reconozco que algo hice y me tocó estar en un lugar bastante oculto. Lo que más me interesó siempre es la composición, más que los géneros o tener una propuesta definida, no puedo dejar de hacerlo.”
Cuenta que sin querer se puso a armar un disco, al invitar a colegas a armar temas: “Importante” con Juliana Gattas, “Voz de gigante” con Inés Adam, “Algunas veces” con Candelaria Zamar. “De repente, se rompieron todos los formatos, incluso el disco. Entonces medio en chiste, medio en serio, me propuse hacer un disco en Instagram”, afirma Lucas, en tono socarrón.
¿Cómo sería hacer un disco en Instagram?
El otro día le contaba a mi hermano que vi un documental de El Príncipe, el músico uruguayo. Se gastan 20 mil dólares para grabar un disco en Buenos Aires, y tarda 15 años en llegar a Montevideo, con lo cual, es plata tirada. Hoy en día para hacer un disco esa barrera no está. Hice una ecuación muy simple: ¿La gente dónde está? Está en Instagram. Entonces puse el disco ahí.
También ocurre que lo que hago es un pop made in David Lynch. Siempre me dediqué a hacer canciones y siempre estuve amasando algo, ¿viste? Ya sea que haga un rap o algo heavy, lo estoy amasando. No me puedo sacar ese manto que me dejaron The Residents, mi banda favorita. Si no me divierto en este trabajo que hago no tengo buenos resultados.
“La memoria de un beso” es muy adecuada a estos momentos. Se combina un poco el romance y ese héroe como el cuadro de Caspar Friedrich que mira la montaña y no sabe qué hacer, ¿no?
“La memoria de un beso” salió así, hice el video acá en casa. Le pedí a una amiga que me grabe voces y Yuliano Acri grabó los teclados en el día. No es muy distinto a lo que yo suelo hacer, sólo que a la gente le gustó.
Para mí, la música es un conductor de energía re fuerte donde puedo comunicar algunas cosas sinceras que me están pasando. Creo que “La memoria de un beso” me permitió hablar de esas cosas de una manera más sencilla. El tema lo hice porque leí la frase de Trueno en Internet (“te guste o no somos el nuevo rock and roll”). Creo que las cosas más lindas están ahí para que vos las completes como puedas. Es una canción que te invita a bajar a zonas más oscuras. Creo que tiene un aire a apocalipsis artístico, el tema que a mí más me interesa, porque no soy una persona que se conforma. El arte no es para cualquiera, a veces las cosas andan, a veces no.
Por eso hacés un disco en Instagram…
Por eso lo hago, siempre me gustó el riesgo, y me parece que hacer arte en el formato que sea tiene que ver con el riesgo y con correr el riesgo de quedar en ridículo. Hoy en día está desapareciendo la identidad como una búsqueda. Ahora es muy fácil tener onda, y esto lleva tiempo, es un trabajo de años. Hay cosas que están muy procesadas y es difícil mostrar otra faceta.
¿Cómo te estás adaptando a estos tiempos que corren?
Pago cuentas, me visitan mis hijas (“Sopa de letras” y “Madre real” son para ellas) y vamos a la plaza, jugamos con los Playmobil. Cuando estoy solo en el estudio, compongo y trabajo con mis canciones. Los jueves doy un taller con Darío Jalfin de composición y producción. Me gusta conectar con gente más joven, que me quiere por las cosas que hice. No me interesa dar conciertos virtuales. Yo quiero dar un concierto de rock y que suene todo.
¿Qué músicos te marcaron?
Tuve un viaje espiritual y sentimental con Virus en su momento, Rush, Spinetta, Steely Dan, Joni Mitchell (su etapa de los 80, 90). De acá puntualmente me gusta mucho Candelaria Zamar, los Rayo Láser son amigos míos. Me gusta Juan Mango, OK Pirámides. Víctima de Andrés Ruiz me parece un gran disco. Creo que el disco que más me gusta a nivel canciones es el último de Viva Elástico.
Se termina la pandemia y podés hacer un festival con artistas, ¿a quiénes invitarías?
Todos los artistas que nombré seguramente. Y Candelaria Zamar, Lucy Patané. Invitaría a gente que tiene actitud que va con todo, como Marina Fages.
¿Qué es lo que se viene?
Estamos grabando el disco, y vamos a ver qué pasa. Para el 23 de octubre, voy a hacer un concierto en un vivo de Instagram para festejar mi cumpleaños y las dos millones de visitas que tiene "La memoria de un beso". Sin presión de nada, toco mis temas y me cantan el feliz cumpleaños.