"Delante de mí se desplegaban uno a uno cientos de dibujos, cada uno de los cuales hacía necesaria esa maravillosa instancia que debe atravesar el historiador del arte: el momento en que una obra habla por sí misma solicitando ser mirada nuevamente". Así define Victoria Noorthoorn, directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, qué sintió al seleccionar las obras de la primera exposición retrospectiva en el país con dibujos de Pablo Picasso.
"Los dibujos a lápiz, a tinta, las acuarelas y los papiers collées postulaban problemas que desarmaban los posibles lugares comunes asociados a la obra de Picasso. Las obras interpelaban a los visitantes y al mundo que los rodeaba, puertas afuera” afirma Noorthoorn, también curadora de la exposición junto con Emilia Philippot del Musée national Picasso - Paris, poseedora de esas piezas, y de la mayor colección pública del artista.
En el texto curatorial de la muestra se indica que entre los dibujos más tempranos se encuentra Homme assis à la canne et masque [Hombre sentado con bastón y máscara] (1900 – 1901) realizado en un estilo que deja asomar la temprana influencia de Henri de Toulouse-Lautrec, y de los dibujos de la época azul. El suicidio de su amigo Carles Casagemas, con quien había viajado por primera vez a París en 1900, habían impactado fuertemente al joven Picasso y eso se veía reflejado en las obras de esta época.
Quimera (24 abril de 1935 - Boisgeloup) también se destaca entre los dibujos expuestos. "Picasso caricaturiza aquí la cara de un caballo devenido grifo mitológico y cuya imagen ya anticipa la figura central del caballo agonizante en su obra monumental Guernica, creada entre mayo y junio de 1937, para denunciar el bombardeo al pueblo homónimo durante la Guerra Civil Española", explican sus curadoras.
En total son 74 los dibujos expuestos, que recorren todas las facetas y líneas de investigación de Picasso: las más realistas de sus primeros años, incluida la época azul; sus exploraciones cubistas y surrealistas; los dibujos de sus puestas en escena para el Ballet Ruso o los paródicos de la Segunda Guerra; sus estudios de maestros clásicos así como los dibujos y retratos de sus últimos años.
Sin dudas una exposición única para descubrir una faceta poco difundida de uno de los artistas más reconocidos del siglo XX. Se podrá visitar desde el 18 de noviembre de 2016 hasta el 28 de febrero de 2017, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.