Hablamos con Ema Tahiel, músico y compositor chileno, acerca de sus primeros pasos en el mundo de música, sus grandes influencias, su presente musical, siempre ligada a la palabra y la literatura y la vínculo con Argentina.
Desde tu primer LP Munay a tus últimos sencillos, ¿Cuáles son las principales mutaciones que ha experimentado tu música?
El ritmo, la absorción humana, el pasar de los años, el desequilibrio pandémico, el bagaje del corazón, entre muchos otros factores. Por consecuencia provocan la mutación de mi música, guiándome a nuevos lugares y muy distintos al período de creación de Munay. Desde mí primer LP hasta “Los Ojos De Betty Boop” han pasado seis importantes años, donde he podido enfrentar de manera distinta la creación, la ejecución de la palabra, la presentación al oyente de mí trabajo, el cual voy construyendo mientras la vida sigue mientras las nuevas influencias llegan, ya que no concibo el mundo sin nuevos libros y música. La mutación es una invitación a morir y a renacer a lo nuevo; me acomoda bastante la opción de mutar musicalmente.
¿Qué significa para tú carrera la reciente nominación a Canción del Año en los Premios Pulsar 2023 por tu tema “Estrella”?
El saber que “Estrella” se abrió camino entre las postulaciones a canción del año, ha sido una noticia que azota como viento recio, es una gran motivación, una luz que alumbra el trayecto de todo mí trabajo y que me permite ponerlo en una vitrina donde hay grandes exponentes de la canción. Por eso mismo, es una alegría que me ha acompañado durante todos estos días. Honestamente “Estrella” es una canción muy importante para mí y es un anhelo que siga avanzando y logre la nominación en los Premios Pulsar 2023.
¿Qué lugar ocupa la literatura en tú obra musical?
La literatura se ha transformado en la médula espinal de todo mí trabajo, conforme van pasando los años. Desde la primera publicación, ha sido la brújula para poder expresar, en canciones, eso que cargo dentro y que he querido decir. Ha sido un trabajo de aprendizaje constante y muy difícil pero el querer ponerla siempre delante, como una llave que abre caminos dentro de las almas, me permite retribuir a todos los grandes escritores que me han acompañado desde el verso, cuando lo he necesitado, y eso me satisface mucho.
La poeta Camila Albertazzo, te han definido en una entrevista como el “Cohen Latinoamericano”. ¿Cómo te llevas con esa comparación? ¿Qué puntos de coincidencia encuentras entre tú trabajo y la de Leonard Cohen?
Es una definición peligrosa y excesiva, considero yo. Agradezco el gesto de la poeta pero Cohen es un abismo, una galaxia y un espíritu que, quizá, nunca terminará de enseñarnos. Su obra musical, su poesía y el respeto por el escenario han sido un manual lleno de influencias. A través de él he podido encontrar caminos para poder expresarme mejor en un texto y para entender que, para quienes somos dados a la dramatización (como él se considera) hay espacio y no está mal serlo. No hay puntos de coincidencias entre Cohen y yo, solo existe un alumno en su pupitre y un profesor.
En tu último trabajo “Los Ojos de Betty Boop” mencionas a Spinetta. ¿Cómo es tú relación musical con la Argentina?
Mi relación siempre está en la etapa del enamoramiento, es un lugar de pliegues, de fuertes palpitaciones, del aromas, de absorción. Argentina me ayuda a conocerme más a través de su música, es un camino que siempre quiero transitar cuando pienso en escenarios y en descubrir nuevos exponentes. Spinetta, Charly, Fito, Calamaro y Melingo han sido de gran inspiración en este oficio; son seres inmensos que han descifrado y expresado la música de maneras hermosas. Siempre quiero ir a compartir escenario con la música argentina.
¿Cuándo podremos verte por nuestro país y cuáles son tus próximas fechas en Chile?
Argentina está en mis planes y pretendo ir a mitad de año a dar un par de conciertos, dar a conocer mi nuevo single “Los Ojos De Betty Boop” y avances del nuevo disco que estamos grabando. En Chile tengo conciertos en abril y mayo confirmados y otros que se irán publicando próximamente.