Las escenas apocalípticas parecen ser más frecuentes del cine de ciencia ficción o de la literatura, ¿pero pueden las artes visuales generar escenarios postapocalípticos verosímiles que nos hagan temer por el fin del mundo?
Desde la escritura del Apocalipsis de San Juan, el último libro de la Biblia, el fin del mundo se ha predicho al menos 200 veces en dos mil años, lo que implica en promedio una predicción apocalíptica cada 10 años. El termino post apocalíptico hace referencia a una situación mundial generada por un cataclismo de dimensiones estratosféricas, que implican un cambio drástico en el devenir de la humanidad.
Se presagia un futuro próximo, no necesariamente muy lejano, con un ecosistema devastado, donde la presencia humana es escasa, siendo una especie causante de su propia extinción.
Hay temáticas que parecieran ser poco serias en el campo del arte contemporáneo actual, y a quienes las eligen para trabajar, se les baja un lugar en el escalafón del reconocimiento público, considerándolos como ilustradores, dibujantes, autores de fantasy, pero pocas veces como artistas. Sin embargo esa percepción no rige para El Bosco o los artistas del Renacimiento, tan afectos a pintar los fines del mundo más desgarradores que podríamos imaginar. Pero como no nos gustan las jerarquías sin sentido, vamos a hablar aquí de una serie de artistas del siglo XXI que se han posicionado en estos temas dramáticos.
El imaginario de estos artistas presenta un cruce muy curioso y distópico entre escenarios medievales y extremadamente futuristas. Quizás esto se deba a que la representación visual del apocalipsis fue una constante en el arte medieval a lo largo de toda Europa, ligada al contexto cristiano, generando todo un reservorio de obras relacionadas. Ahora, nuestro ocaso ya no se limita a cuestiones religiosas y castigos divinos, sino que se lo adjudica a las guerras, armas nucleares, pandemias y el ecocidio, factores que ponen en riesgo la existencia del ser humano.
Combinando técnicas tradicionales como el dibujo y la pintura con la ilustración 3D, los artistas de los que hablaremos a continuación nos muestran un futuro próximo donde predominan los ambientes desolados y la escasez de recursos entre ruinas híper tecnológicas.
Sandow Birk
Sandow Birk es un artista visual estadounidense cuyas obras se centran principalmente en aspectos de la cultura de su país. Con un fuerte arraigo en la historia del arte, reversionó las escenas infernales de Gustave Doré y retoma la estructura de las escenas costumbristas y populares de las fiestas y ciudades de Pieter Brueghel, donde los personajes se actualizan en problemáticas extremadamente contemporáneas.
El covid, la pandemia y las cuarentenas derivadas a nivel global nos hicieron sentir a todos que un posible final estaba cerca. De repente uno de los tantos virus aparecidos en la ciencia ficción cobró vida en la realidad y sumó un nuevo capítulo en las profecías y visiones apocalípticas que los artistas incorporaron en su acervo de imágenes. Birk representa al virus nuevamente como un esqueleto que se traslada en el mar abierto, listo para contagiar a la población a través de barcos infectos en obras como "Donde llega el Covid a tierra". También predice el apocalipsis en otras situaciones reales, como los reiterados tiroteos en escuelas y espacios públicos.
Ioan Dumitrescu
Proveniente de Bucarest, Rumania, el artista Ioan Dumitrescu estudió arquitectura y lleva más de una década desarrollando su faceta de diseñador conceptual. A través de sus impactantes pinturas e ilustraciones digitales, Ioan proyecta nuevos hábitats, entornos y personajes alienígenas.
Existen límites muy difusos en los artistas postapocalípticos y sus obras, que pivotean entre las disciplinas de las artes visuales, el cine y los videojuegos, ya que sus habilidades para inventar universos y realidades posibles son requeridas en numerosas áreas y emprendimientos. Es el caso de Dumitrescu, quien también trabajó en varias películas como artista conceptual, siendo reconocido por su creatividad e inventiva, como La Bella y la Bestia de Disney, Assasin’s Creed, King Kong y muchas más.
Dumitrescu prevé un cambio drástico en el devenir, con un riesgo latente e irreversible de aniquilación por parte de especies extraterrestres, en medio de atmósferas contaminadas.
Marc Simonetti
Marc Simonetti es un director de arte, artista conceptual e ilustrador francés. Tras formarse como ingeniero (en años que califica como “deprimentes”), Marc decidió seguir una carrera artística y estudió en la Escuela de Bellas Artes de Annecy. Para los que piensan que con el talento se nace, Simonetti sólo cree en la constancia y la disciplina, ya que confiesa que no tenía las habilidades necesarias para hacer ilustraciones, pero las adquirió dedicándole largas horas todas las noches para mejorar, convirtiéndose luego de dos años en un referente de arte de portadas de libros en Francia.
Uno de sus hitos ha sido la realización de las portadas de la saga de George. R. R. Martin, “Game of Thrones”. También ilustró algunas de las novelas de fantasy y sci-fi más conocidas, como “Dune” de Frank Herbert, y colabora habitualmente para empresas de videojuegos.
Sin embargo, después de años de trabajar en base a diseños comisionados, en 2020 Simonetti comenzó a desarrollar su propia práctica artística, que en algunos casos se expande al video y los NFTs, los cuales evocan entornos oníricos y catastróficos, en un cruce con situaciones históricas y con el agregado de música, con la intención de llevar al espectador a plantearse preguntas y cuestionarse sobre el planeta en el que vivimos.
Mediante una mixtura de técnicas tradicionales y digitales, diseña viviendas amontonadas de manera precaria unas sobre otras, sumadas a inmensas estructuras flotantes que se mantienen sostenidas a pocos metros del suelo con condiciones más propicias para respirar en estas atmósferas enrarecidas, en medio de escenas lúgubres donde la luz solar escasea.
Lobo Elf
En Argentina podemos mencionar al joven ilustrador ELF, artista que partiendo de un imaginario medieval y vampírico, que nos trae estas historias asincrónicas. Propone así un José de San Martín zombie, cazando dragones, como un San Jorge local, persiguiendo las tiranías y las injusticias, representadas en el reptil.
Ya en Buenos Aires, en pleno centro porteño, donde se encuentran las cúpulas más famosas de la ciudad como las de los edificios Bencich, el Barolo o la Inmobiliaria, un cielo tormentoso se abre para dar lugar a un monstruo lleno de tentáculos a punto de abalanzarse sobre los porteños.
La iconografía de estos artistas sigue los pasos de la desolación presentada en numerosas ocasiones desde las dos guerras mundiales del siglo XX (que en Argentina tiene como principal referente a Raquel Forner). El tema de la catástrofe ecológica ha sido predominante en la cultura popular desde la década de 1960, donde la humanidad se enfrenta a situaciones potencialmente irreversibles y destructivas, producto de un sistema de pensamiento que tiende a la separación entre naturaleza y cultura, exhibiendo el fracaso tecnológico en universos postindustriales.
Presenciamos en ellos la imposibilidad de salvación, donde los supervivientes se enfrentan a territorios destruidos y condiciones de vida aterradoras, sin poder volver a épocas más prósperas, ante una pérdida de puntos de referencia reconocibles. Queda por descubrir si aún queda la posibilidad de superhéroes salvadores, pero ese es tema de otro artículo.