No tan rápido. No estamos haciendo referencia a las conquistas amorosas del cantante sino a la trilogía de discos que editó en los 90, donde rinde homenaje a géneros de música latinoamericana como el bolero y el tango. Adelantate a Luis Miguel, la serie a través de este recorrido.
Luego del estreno Luis Miguel: la serie, el cantante mexicano volvió a estar en boca de todos. “Desde que supe a quién le dedica está canción ya no la vivo igual, duele”, dice uno de los más de 3.200 comentarios en Youtube que tiene la canción “Hasta que me olvides”. “¿Quién está aquí después de ver el capítulo 3 de la segunda temporada?”, se pregunta otro usuario en el video oficial de “Suave”.
Así como en la actualidad la producción de Netflix reivindicó al Sol de México, en la década del noventa Luis Miguel fue uno de los máximos responsables del resurgimiento del bolero, género que tuvo su época de oro en los años cincuenta con Los Panchos, Agustín Lara y Álvaro Carrillo, entre otros.
En la ficción protagonizada por el actor Diego Boneta veremos varias referencias a esta etapa del astro mexicano. Una de ellas, premonitoria, ocurre cuando su novia, Erika Camil, luego de ver una película en blanco y negro junto a su pareja, le dice “lo clásico jamás pasa de moda”. Allí, sumado a que tampoco lo convencía el material que había compuesto por esos años, es cuando Luis Miguel decide en 1991 hacer Romance, su primer álbum dedicado a boleros clásicos.
Esta búsqueda en la carrera del aclamado cantante continuaría con varios romances más. Cuando decimos romances, nos referimos a la trilogía en la cual Luis Miguel revisitó clásicos de distintos artistas latinoamericanos, no a sus polémicas relaciones amorosas. Zibilia te invita a recorrer sus tres discos de boleros y otros géneros de Latinoamérica, publicados entre 1991 y 1997: Romance, Mis Romances y Romances.
Romance (1991)
A finales de 1990, Micky no estaba conforme con las canciones que tenía para su nuevo disco, además se estaba cansando un poco del pop melódico. Pero una charla reveladora con su pareja de aquel entonces, sumado a su admiración por la música latinoamericana, fueron acontecimientos que inclinaron la balanza a la hora de decidirse por un disco de clásicos publicados entre 1940 y 1978. Para ello recurrió a dos especialistas: Armando Manzanero, en la producción, y al argentino Bebu Silvetti, en los arreglos.
Este trabajo discográfico no solo fue un fenómeno de ventas. Artística y conceptualmente marcaría un antes y un después en la carrera del músico. A lo largo de doce canciones, que en un principio fueron resistidas por su sello, se destacan “Inolvidable”, “No sé tu”, “Contigo a la distancia” y “No me platiques más”. Las dos primeras alcanzarían el primer puesto en el Billboard Hot Latin.
Grabado en Los Ángeles, vendió más de 15 millones de copias. Un número absurdo si se lo acerca a estos tiempos. En nuestro país, con un millón de discos, se convirtió en el artista extranjero que más vendió en la historia.
Segundo romance (1994)
El décimo álbum de Luis Miguel fue gestado en su casa de Acapulco, mientras se encontraba de duelo por la muerte de su manager, Hugo López. Para el sucesor de Aries, decidió repetir su fórmula ganadora y volver a trabajar con Manzanero y Silvetti; pero además, con el objetivo de obtener distintos matices a su primer Romance, el Sol de México sumó a su equipo a los músicos y productores Juan Carlos Calderón y Kiko Cibrian.
Si bien dentro de la lista elegida encontramos en su mayoría boleros, la carta de presentación que escogió para promocionarlo fue el famoso tango de Carlos Gardel, “El día que me quieras”. “Historia de un amor”, “La media vuelta” y “Somos novios” son otras de las obras que se destacan en el álbum. Muchas de ellas habían quedado afuera del repertorio de Romance.
¿Galardones? Por supuesto. Segundo romance fue premiado como Mejor Álbum de Pop Latino en 1995 y obtuvo un Billboard como Mejor Álbum Pop del Año.
La gira del disco se llamó Segundo Romance Tour y fue presentada en la Argentina, con cinco conciertos que agotaron sus entradas. Antes de visitar el país, con el objetivo de mover el avispero, Luis Miguel había declarado que le encantaría compartir el escenario con su admirada Mercedes Sosa. Finalmente, no pudo concretar su anhelo.
Romances (1997)
Luego de sus dos exitosos discos de clásicos anteriores, Romance y Segundo romance, el cantante mexicano decidió cerrar la trilogía. En este álbum, repitió varias de sus fórmulas anteriores: grabó en Los Ángeles, trabajó con Manzanero y Silvetti, cantó clásicos como “Sabor a mí” y “Bésame mucho”. Pero lo que diferencia este trabajo de sus antecesores, es la incorporación de dos piezas inéditas de Manzanero y un bossanova, “Mañana de Carnaval”.
A medida que seguían los éxitos, Luis Miguel se iría poniendo cada vez más exigente. Para este álbum, que vendió más de cuatro millones y medio de copias, el cantautor se dio el lujo de grabar con 61 músicos de la Filarmónica de Los Ángeles.
Romances fue anunciado por Luis Miguel, un año antes de su publicación, en una conferencia de prensa en el medio de una gira por la Argentina. Su relación con el país no terminaría allí, dentro de las canciones elegidas por el mexicano se destaca “Uno”, el clásico de Santos Discépolo y Mariano Mores.