Scrolleando en el Full Album de Youtube de Día del Trabajador me tope con algunos comentarios que sintetizan a la perfección lo que Fonso quiso plasmar en su último disco junto a su banda Las Paritarias. Hay varios que me parecieron ingeniosos, pero voy a destacar solo un par: “Revivieron ese aroma de rebeldía, búsqueda y pasión,¿Si esto no es rock qué es? ” y “Llegué porque puse Guillermo Moreno en el buscador de Youtube”.
En su último trabajo el músico no solamente decidió hacer un disco clásico de rock, sino que también se propuso alejarse del indie, una etiqueta que en muchos casos limita a los artistas; y por otro lado, crear una estética audiovisual más cercana a una campaña política de un partido popular que a un proyecto musical de estos tiempos.
Si uno patea Buenos Aires seguramente se topé con flyers de Fonso y Las Paritarias camuflados con los afiches propagandísticos que decoran la ciudad y el conurbano, en su mayoría vestigios de las pasadas y olvidables elecciones. “La refe que usamos fue la primera época del peronismo, el constructivismo soviético y la revolución francesa de los trabajadores, la idea es que la gente se tope en la calle con nuestros afiches y flashee nuevos candidatos o paritarias”, afirma el músico.
En Día del Trabajador, producido por Leandro Lopatín (Turf, Poncho), podemos ver a un Fonso en modo crooner, más maduro e influenciado por bandas y artistas de rock nacional de los ochenta como Virus, Charly García, G.I.T, Miguel Mateos Zas, entre otros. “Me empecé a cansar de la escena indie y además nunca había hecho un disco de rock clásico. Todo eso sumado a que logré consolidar una banda estable fueron los ingredientes que me empujaron a sacar este disco”; reconoce el músico oriundo de Castelar, que en sus etapas anteriores solía experimentar con sonidos y electrónica.
En este trabajo publicado a finales del año pasado, Fonso deja de lado los acordes más cercanos al indie, evita hablar de sus sentimientos y se mete de lleno con canciones más simples y letras comprometidas, muchas de ellas tratando de reflejar cómo es ser un laburante de la industria musical. “Casi nadie habla que la música es un trabajo, hay mucha gente laburando detrás de las canciones que escuchamos todos los días. Después de casi 10 años de estar tocando, entiendo cómo funciona esto y es por eso que decidí contarlo, nosotros no hacemos música para tener fama y guita, estamos haciendo esto como cualquier persona que tiene un trabajo”, reconoce el músico.
Hoy en día es raro encontrar a un músico argentino de tu edad que hable del trabajador. ¿Por qué crees que esto puede resultar rupturista y excéntrico y por el contrario normalizamos a alguien que habla de Miami, guita y joyas?
Creo que este discurso es el que prima en general en la música urbana y se puede sintetizar en eso que vos dijiste: éxito, guita, joyas, Miami, Bugatti y varios culos haciendo algún perreo. Es muy común encontrarse con pensamientos del tipo “yo me merezco tal cosa”, “voy a romperla”, “yo pelee para tener esto”, etcétera. Es el discurso del mainstream y no hay nada de ruptura en decir eso. Va más acorde al mundo en el que estamos viviendo, en donde hay tiktoks de nenes explicando cómo ganar plata. Creo que el trap y el reggaetón son géneros más individualistas, a diferencia del rock que es más comunitario.
En Enemigos de la fantasía decís “no me escuches si esto te da igual”, ¿A quién le hablás?
A los que critican. Yo a mi música la hago para que la escuchen posta, no para que suene de fondo en el consultorio de un dentista. La música funciona así ahora, vos ponés una playlist y no sabés ni lo que estás escuchando, es como que todo da igual.
Estás tocando mucho por el conurbano ¿Qué diferencia hay entre el público del gran Buenos Aires y el de los locales de capital?
Hay una diferencia muy grande y es que en Capital el circuito es endogámico, siento que muchos de estos lugares solo sirven para decir “yo toqué ahí”. La mayoría de la gente que asiste a esos shows son invitados, amigos de la banda, como que se repite el público. Por ejemplo, tocando en San Miguel, estamos tocando para mucha gente que no le gusta ir a Capital y espera ver las bandas que le gustan en su ciudad. Cuando vivía en Castelar me ponía muy contento cuando iban artistas que a mí me gustaba, era la gloria.
Ahora vivís en Congreso, ¿la estética política tiene algo que ver con tu nuevo barrio?
Sin dudas. Vivir atrás del Congreso indefectiblemente te influencia y enriquece. Siempre me dejo influenciar por los lugares donde estoy, el álbum anterior tiene mucho de Berlín, ciudad en la que viví, y Some Plays tiene que ver más con Castelar y mis comienzos en la música. Disfruto mucho vivir acá, me gusta ir a las marchas, aunque últimamente sean peligrosas, visitar museos e ir al cine. Me manejo siempre en bici, llego al toque a todos los lugares.
¿Qué otras cosas te influencian?
Me gusta mucho leer, el año pasado estuve a full con libros que hablan de la ciudad. Me influenció Transatlántico de Witold Gombrowicz, un poláco que escapó de la Segunda Guerra Mundial y decidió quedarse en Buenos Aires. Describe a la perfección cómo era la ciudad en los años 40/50. Está muy buena la pintura que hace de todo. Además era gay, muy raro para esa época en Argentina.
¿Qué otros artistas actuales crees que están en la misma búsqueda que vos, recuperar la esencia rock?
Marilina Bertoldi, sin dudas. Lo viene haciendo hace años. Hay una banda que es mi favorita de hoy en día, se llama Alejandro Cares y Los Magos Farciar, creo que tiene mucho de Manal. También me gusta Mora y Los Metegoles, aunque no es rock nacional, es más pop rock.
¿Qué esperás para la presentación del disco en Niceto Club el próximo 1 de mayo?
Voy a tocar con la banda completa, vamos a tener invitados, el disco se va a tocar completo y vamos a sumar canciones anteriores. No vamos a tener banda soporte porque va a ser un show largo y si sobre tiempo prefiero usarlo para que nos tomemos un vino y charlemos con la gente. El recibimiento va a estar ambientado como una peña, con chacarera, empanadas, vino y mate. Ese día hay paro y movilización, me re sirve el contexto, qué mejor que ir a la plaza y después venirse a ver el show.