TikTok es una red social lanzada en septiembre de 2016 en China que permite crear, editar y musicalizar videos de forma sencilla. En el país asiático es conocida como Douyin que en chino mandarín significa “sacudir la música”. Este nombre le viene como anillo al dedo, ya que en el último tiempo ha movilizado por completo a la industria musical.
Según declaró en el portal Infobae Jorge Ovalle, CEO de LID, empresa que lleva 4 años dando forma a las estrategias digitales de artistas como Carlos Vives, Tainy, Thalia, Daddy Yankee, “cuando una canción se pega en TikTok, ocurre un incremento de consumo en todas las plataformas de casi el 400% en relación con el consumo actual de la canción, antes de la explosión del sencillo en esta red social”.
Un ejemplo reciente es el de "Running up that hill" (A deal with god) de la cantante británica Kate Bush, canción que si bien resurgió gracias a su aparición en la serie Stranger Things, terminó de romper todos los records luego de ser furor en TikTok. Hasta hace algunas semanas estuvo primera en el ranking global de Spotify y en el Billboard Hot 100.
Prueba, error y posible éxito.
Otro notable cambio que está sucediendo es que muchas canciones se convierten en tendencia antes de su lanzamiento, un objetivo fuertemente perseguido por las multinacionales.
Muchos artistas prueban o hacen que prueban parte de sus canciones solicitando un feedback de sus fans. “Me salió esto, ¿les gusta?”, “¿Me bancarían si dejo un poco el reggaetón y vuelvo al trap?”, o en muchas ocasiones directamente cantan un estribillo que ya está cerrado. En la mayoría de los casos, esta puesta en escena se crea en contextos que parecerían caseros, apuntando a la espontaneidad.
Según Cat Zhang, editora de Pitchfork y especialista en plataformas musicales de streaming, este tipo de prácticas empezó con artistas del indie, que al no contar con grandes presupuestos probaban distintos fragmentos de canciones para ver si tenían suficiente tracción con su público y así evitar un posible fracaso.
Pero en el mainstream, el ejemplo más grande y reciente es el de Rosalía con "Despechá", una especie de merengue minimalista y punzante que se viralizó y convirtió en el hit del verano europeo antes de ser lanzado. En julio, la superestrella pop había publicado un TikTok cantando y bailando un fragmento, también en el Motomami World Tour le consultó a su público si preferían que se llame De lao a lao o Despechá. La respuesta ya la tenemos. Luego de esto, sus fans empezaron a subir versiones a las principales redes sociales y la convirtieron en tendencia antes de ser publicada.
El nuevo single post Motomami ya acumula más de 78 millones de escuchas en Spotify y una avalancha de videos en distintas redes sociales. “Tengo los mejores fans del mundo porque haga lo que haga siempre me respaldan, es una bendición para mí que siempre me apoyen”, agradeció en su último show en Madrid.
Este no es el único caso destacado del año, en abril, Jack Harlow, rapero estadounidense, alcanzó su primer número 1 después de una serie de clips que publicó en TikTok con distintos audios de lo que más tarde sería "Firt Class", canción que actualmente en Spotify acumula más de 439 millones de reproducciones. Antes de que se lanzara oficialmente, los audios que había compartido el rapero en ya se habían utilizado más de cientos de miles de videos.