Damos comienzo a nuestra temporada de vivos de la mano de una de las mujeres más reconocidas de la escena del stand-up, Dalia Gutmann, quien nos cuenta todo acerca de “Tengo cosas para hacer”, el nuevo show que estrenó el año pasado tras una década haciendo su exitoso espectáculo “Cosa de minas”, inspirado en su vida, la de sus amigas y en el vínculo íntimo con su madre e hija, para hacernos reír, reflexionar y derribar imposiciones sociales.
“¿Es normal, Vale?” fue lo que le dijo Dalia a su amiga la semana pasada cuando vio en su celular que en la última hora había intercambiado mensajes con 23 personas, desde el plomero hasta un laburo importante, pasando por un turno a un médico. De todo eso habla en su nuevo show. “O estás viendo un par de zapatos. Todo eso puede pasar en nuestro mundo”, confiesa a Zibilia mientras muestra sus uñas, diseñadas, “tengo fascinación por el nail art” y muestra su Hello Kitty dibujado en sus propias uñas.
Gutmann puede hablar de las uñas, de su hogar, de la escolaridad de sus hijos, “por suerte logré llegar con los dos pibitos ya bañados, es un montón”, de trabajo, de sus sueños, de sus proyectos, de sus paseos por Mar de las Pampas que, asegura, es su lugar en el mundo. Y esa simpatía y frescura genera una empatía que pocos artistas logran tan fuertemente como ella.
Si hay una persona que sabe lo que es ser mujer y atajar todas las tareas y actividades que se presentan en un día ella es Dalia Gutmann; y con su nuevo espectáculo, al que inicialmente llamó "Tengo cosas que hacer" por la cantidad de infinitos detalles que se suman al quehacer diario, de ser trabajadora, madre, cuidar la casa, cuidarse a ella misma, de a poco fue llamado por todos "Cosas de minas 2" como forma de continuar el espectáculo anterior, en cartel por una década.
Todos los jueves en el Paseo La Plaza, la actriz, humorista, standapera pionera, locutora y todo lo que además suelen hacer las mujeres e incluso simultáneamente, puede verse su nuevo unipersonal cómico. Este nuevo material surgió en plena pandemia, cuando ella con su familia –marido, hijo de 9 e hija de 14- estaban en el encierro de los primeros tiempos y se puso a escribir, algo que viene haciendo cada vez más compenetrada.
“Lo escribí en pandemia pero no hablo de la pandemia. La detesto. Este show fue la luz al final del túnel. Me sentaba a escribir sabiendo que íbamos a salir. Lo único bueno de ese tiempo es que pude pensar bien qué quería hacer. Estuve muchos años haciendo "Cosa de minas" y quería hacer algo nuevo, algo que nunca había hecho. Es importante cada tanto que uno se anime a hacer algo por el que le tiemblen las piernas. Quería probarme en cosas que nunca había hecho”.
En este show se siente más actriz, tiene canciones, una dirección muy clara de Mariela Asensio. De todos modos a ella nunca le importó mucho que la tilden de humorista. “Es lo que quiero en la vida. Mi objetivo es que la gente se ría y le duela la cara. Así que nunca fui muy enroscada de que me vean como comediante. Me encanta que me asocien con la comedia”.
Dalia pertenece a una generación en la que las mujeres formaron un frente de nuevas comediantes, “hoy es mucho más equitativo pero es cierto que cuando empecé, a principios de 2000, éramos muy poquitas, 3 o 4, y se decía mucho esto de que no queda bien que una mujer diga tales cosas. Por suerte no nos importó y seguimos haciendo lo que se nos cantaba. Yo encontré en la comedia mi territorio y supe que nadie me iba a sacar de ahí”.
“Yo me dedico a algo que tiene que ver con lo cotidiano, me gusta trabajar con esos materiales. Mis amigas, mi familia son fuente de inspiración constantemente, sobre todo el vínculo con mi mamá, con mi hija, y con mi cuerpo”, dice y en medio del vivo con Zibilia se sumó Sebastián Wainraich, su marido, para contar sobre la nueva temporada de la serie "Casi feliz", disponible en Netflix.
Aprovecha para decir que Dalia tiene una gran idea para una serie: “en pandemia me puse a hacer un documental que ojalá vea la luz porque es muy lindo. Es sobre cómo arrancó el stand up en la Argentina. Y a su vez me puse a escribir una serie porque hace muchos años que me grabo audios en Whatsapp y me senté y la empecé a escribir. Son ocho capítulos pero me falta mucho trabajo”, confiesa Gutmann alentada por Wainraich no sin cierto pudor sobre sus planes futuros, muchos.