Incluso desde antes de la profética obra La Escala Humana, que Tantanian, Daulte y Spregelburd estrenaron en 2001, donde María Onetto encarnó a una madre de familia que, un día cualquiera, cuando sale a hacer las compras se convierte en asesina, hasta después del largometraje La mujer sin cabeza de Lucrecia Martel, donde interpreta a una mujer que atropella a “algo” con su auto y a partir del hecho, habita una especie de crisis existencial, esta actriz ha mostrado su talento tanto en cine como en teatro. Formada en el Sportivo Teatral de Ricardo Bartís, licenciada en psicología y docente de actuación, trabajó en numerosas obras de teatro de directores como Javier Daulte, en Faros de Color y Nunca estuviste tan adorable, Rafael Spregelburd en Raspando la cruz y Bizarra, Ricardo Bartís en Donde más duele y Daniel Veronese en Los hijos se han dormido, versión de La gaviota de Antón Chejóv. En cine participó de Cuatro mujeres descalzas de Santiago Loza, No fumar es un vicio como cualquier otro de Sergio Bizzio y más recientemente, en Rompecabezas de Natalia Smirnoff.