La creación de esta obra parte de recortes, fragmentos de ficciones y documentos testimoniales que se desprenden –y se despegan– del universo del escritor David Foster Wallace. Como Andrés Caicedo, como Sylvia Plath, como Salvador Benesdra, Foster Wallace forma parte de la cofradía de los escritores suicidas. En vida, se preguntaba cómo hacer para no dejarse hipnotizar por el monólogo constante que sonaba adentro de su cabeza. ¿Cómo hacer para ahuyentar a los fantasmas? En la obra de Camila Fabbri y Eugenia Pérez Tomas, Virginia pasa los días en el techo de su casa. No quiere bajar. Su hijo, Pablo, se tiró desde ahí hace un tiempo. Virginia piensa: ¿Qué hay antes del salto? Lidia, su hija menor, y un hombre que llega a la casa para hacer arreglos, suben a buscarla. Una vez arriba, el vacío les revela, a todos, una extraña necesidad de arrojo. En lo alto para siempre es un ensayo, frágil y luminoso, sobre la tensión entre el cuerpo y el pensamiento. También es una obra sobre la orfandad. Y sobre el sosiego que puede dar la compañía, como cuando Emilio y Virginia, subidos al techo, hablan, comen y piensan en saltar, mientras abajo la casa se inunda.
Esta obra fue seleccionada a partir de la “Convocatoria de proyectos teatrales para programación 2018”
Actores: Sergio Boris, Delfina Colombo, Pablo Kun Castro, María Onetto // Dirección: Camila Fabbri, Eugenia Perez Tomas // Coreografía: Victoria Leanza //