Divino amore. Sacra comedia con canciones, un espectáculo de teatro musical con puesta en escena de Alfredo Arias, quien escribió el texto junto a René de Ceccatty. El elenco está integrado por Carlos Casella, María Merlino, Marcos Montes y Alejandra Radano.
Sobre la obra, Arias ha escrito: En Roma, a fines de los años setenta, una compañía teatral encuentra refugio en el sótano de una iglesia –Borgo Santo Spirito– a pocos pasos del Vaticano. Se trata de la compañía Doriglia–Palmi. Muerto el señor Palmi, su esposa Bianca Doriglia y su hija Ana Maria Palmi continúan su sacrificado camino teatral presentando, delante de un público despiadado, una serie de intensos melodramas religiosos. El escenario minúsculo que los alberga no puede contener los palacios, grutas, explosiones de minas, ascensiones o naufragios que estos espectáculos proponen a una desalmada audiencia: un grupo de silenciosos feligreses, según ellos, decididamente “comunistas”.
Divino Amore es una fantasía en torno a la audacia de esta gente que, sin temerle al ridículo, desafía santamente las leyes de la decencia teatral con piezas como Salomé y la danza de los siete velos ejecutada entre bambalinas, Santa Bárbara y el derrumbe de la torre pintada sobre una tela arrugada, Santa Bernardette, sus ovejas y la sorpresa de la Virgen en la gruta que casi la mata de un susto. Las peripecias torpes de este destartalado barco a la deriva me procuraron grandes emociones teatrales. Rescatemos con afecto a todos aquellos que, por accidente o decisión, quedan fuera de las convenciones
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Alfredo Arias fundó el grupo TSE y participó de ese fenómeno renovador de la cultura porteña que fue el Instituto Di Tella. Su primera creación teatral fue Drácula, vertiginosa adecuación de la novela de Bram Stoker a una suerte de historieta escénica. En 1970 y luego de su paso por Nueva York, fijó su residencia en París, donde dirigió la Eva Perón de Copi, con cuya singular poética lo uniría un fecundo lazo creativo. En su producción se reconoce un mundo personal signado por un imaginario barroco que conserva toda la potencia y la fascinación de la infancia. Arias revisó textos fundamentales del repertorio teatral como El juego del amor y del azar de Marivaux, El pájaro azul de Maeterlinck, La locandiera de Goldoni, La tempestad de Shakespeare (presentada el festival de Aviñón), Las criadas de Genet y Los pájaros de Aristófanes (con la troupe de la Comèdie-Française). Y exploró su propia historia y el reencuentro con su país natal en Mortadela y Mambo místico. Su incursión en la comedia musical reconoce espectáculos como Concha Bonita, con partitura original del compositor Nicola Piovani –asiduo colaborador de Federico Fellini– y Tres tangos con libreto de Gonzalo Demaria y música de Axel Krieger. En Buenos Aires montó las óperas La carrera de un libertino, Bomarzo y Muerte en Venecia en el Teatro Colón, además de sus espectáculos Incrustaciones y Tatuaje (Teatro Presidente Alvear); Deshonrada y Comedia repostera (Centro Cultural San Martín). En Italia, su montaje de Circo equestre Sgueglia, del dramaturgo y poeta napolitano Rafaelle Viviani, obtuvo el Gran Premio de la Crítica. Alfredo Arias publicó los libros Folies Fantômes y L’écriture retrouvé (entrevistas con Hervé Pons), recibió tres premios Molière (por el conjunto de su carrera y por sus espectáculos Mortadela y Penas del corazón de una gata francesa) y fue nombrado Commandeur des Arts et des Lettres por el Gobierno de Francia.
Actores: Carlos Casella, María Merlino, Marcos Montes, Alejandra Radano // Dirección: Alfredo Arias //