El Festival de la Luz, el evento más grande de fotografía de Latinoamérica, cumple 30 años y lo celebra con 162 exposiciones en todo el país. Aquí algunas alternativas imperdibles para visitar en Buenos Aires.
Festival of Light es una asociación integrada por 27 festivales de fotografía de todo el mundo. Su principal objetivo es crear lazos internacionales de cooperación e intercambio, que propician la difusión de la fotografía artística del país al mundo, y viceversa, en un permanente y enriquecedor intercambio de miradas. En la Argentina, el encuentro cumple 30 años, e inaugura oficialmente su edición número 20, para la ciudad de Buenos Aires el 3 de agosto a las 19 en El Cultural San Martín y para todo el país el 7 de agosto a las 18, en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
Participan 350 artistas de 30 países y se presentan 162 muestras en 90 espacios, de 36 ciudades de la Argentina. En esta edición, el festival celebra el sentimiento vital que nos une a los otros tanto en el plano social como personal. “La fotografía puede, como ningún otro medio, dar cuenta de qué estamos haciendo hoy por una vida mejor para nosotros, para nuestros hijos, para nuestros nietos y para todos los seres que habitan este planeta”, señalan Elda Harrington, directora del festival, y Silvia Mangialardi, al frente de la dirección artística. Además, los encuentros abiertos sirven para mostrarle al mundo la obra de los jóvenes artistas emergentes y a la vez, posibilita que las nuevas generaciones conozcan la perteneciente a los maestros de la fotografía.
Seleccionamos algunas de las exposiciones que forman parte del Festival de la Luz en su 30º aniversario, que ya pueden visitarse en Buenos Aires, con entrada libre y gratuita.
Alexander Rodchenko
Por primera vez se presenta en América la obra de Alexander Rodchenko en el CCK, con curaduría de Irina Chmyreva, Ekaterina (bisnieta del artista) y Alexander Lavrentievs (nieto del artista). Fotógrafo, pintor, diseñador y cineasta, Rodchenko fue uno de los artistas más destacados de la vanguardia soviética durante el período de entreguerras. Fundador del constructivismo ruso y pionero del fotomontaje, fue el responsable de la reorganización de las escuelas de arte y de los museos en la Rusia bolchevique y fundó junto a Vladimir Mayakovski, una agencia de publicidad (Mayakovski-Ródchenko Advertising-Constructor) en la era el responsable del diseño gráfico, mientras que su par escribía los slogans. Sus fotografías se caracterizan por un importante trabajo de la composición: las líneas oblicuas, los encuadres desde puntos de vista atípicos como el cenital o el nadir, el trabajo de luces y sombras, el movimiento y el ritmo.
Rodchenko concibió el arte como vehículo para transformar la vida. "Si se desea enseñar al ojo humano a ver de una forma nueva, es necesario mostrarle los objetos cotidianos y familiares bajo perspectivas y ángulos totalmente inesperados y en situaciones inesperadas", dijo. Con esa frase, el artista sintetizó el espíritu constructivista ruso de la época: usar el arte para crear sensaciones desconcertantes y con un claro objetivo de compromiso social.
Con 103 fotografías, la exhibición se centra en el período de diez años en el que Rodchenko enseñó en talleres de enseñanza superior del arte y de la técnica en pleno apogeo bolchevique. Incluye, además, retratos de sus parientes y de reconocidos artistas rusos; escenas y paisajes urbanos; escenas de deportes y fotomontajes.
Retratos de 108 y Women of confort
Unas de las características más dramáticas de la Segunda Guerra Mundial, fueron las escaladas de crueldad y violencia perpetuadas por parte de los distintos ejércitos (de un lado y del otro) para con las sociedades civiles de los ocupados países de turno. El ejército japonés no fue la excepción: miles de niñas, adolescentes y jóvenes asiáticas, fueron parte de un plan sistemático de rapto, esclavitud y violación, entregadas en carne y alma para la satisfacción sexual de todo el ejército nipón. Retratos de 108, de Jinhyun Cha (Corea, 1973), y Women of Confort, de Jan Banning ( Países Bajos, 1954) son dos muestras que se presentan conjuntas en el CC de la Memoria Haroldo Conti, y que reúnen los retratos de aquellas niñas, ahora mujeres mayores. Las fotografías retratan sus rostros llenos de sufrimiento y agonía arrastrados durante muchísimos años.
Casus familia y Confrontaciones con la memoria
También en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti se exhibirán Casus Familia del artista canadiense Frank Rodick y Confrontaciones con la Memoria del artista holandés Jan Van Leuween, dos muestras sobre la trasmisión intergeneracional de los traumas vinculados al Holocausto. Sobre la obra de Rodick hay que saber que sus padres tenían una inmensa acumulación de antigüedades, sobretodo fotos y recortes periodísticos de las épocas de guerra. A estas imágenes el artista le suma retratos de ellos antes de morir y crea una colección que recupera (a través de los ojos y los clichés de sus padres) la percepción social durante y después del Holocausto judío. La obra de Van Leuween está basada más en un recorte personal sobre cómo vivió el artista la época de post guerra; ambas muestras tienen la particularidad de innovar en los modos y técnicas de hacer fotografía.
Suturas
La fotógrafa Adriana Groisman es conocida internacionalmente por sus trabajos periodísticos y cuenta con una basta experiencia en cuánto a Festivales de la luz. Este año, la artista presentará la videoinstalación Suturas en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. Tras fotografiar a ex enemigos de la guerra de Malvinas, imprimió los retratos en lienzos e invitó a los protagonistas de esas fotos a unirlos por medio de la costura. Luego editó el video que da nombre a la exposición en el que se logra un efecto de reparación: “La costura los une en un gesto que metafóricamente representa un intento de reparar tanto sus heridas físicas y emocionales como el entramado de la sociedad en general” sentencia Groisman.
Por la Naturaleza
En el Centro Cultural de la Ciencia-C3, se presenta Por la Naturaleza. Uno de los artistas, Horacio Villalobos explica sobre su serie Incendio de bosques que integra la muestra: “El incendio forestal es como el infierno, abarcativo y confuso. Se requiere de temple para volar hacia él, dentro de él, desafiando al devorador Moloch en una rutina que a veces traiciona y mata. Por horas los pilotos vuelan a muy baja altura y velocidad mínima sobre áreas de visibilidad muy limitada o inexistente, azotadas por fuertes turbulencias y emanaciones de gases tóxicos”. En el mismo espacio, Alicia Vignatti expone su serie Interacciones Bióticas, que introduce de la siguiente manera: “Un ser vivo atraviesa su tiempo como pasajero de su destino, creciendo, luchando por su alimento, su espacio: interactuando con otros seres vivos. Si el azar le da una mano y no es parte del sustento de otro, se reproducirá y dejará descendencia librada al mismo destino, hasta que sus relojes biológicos se detengan y cierre su breve ciclo natural en esta tierra”. Además, la muestra contará con las obras de Jamey Stillings, Cambio de perspectivas (en relación al cambio de la producción de energía por medios renovables) y Darío Podestá, En extinción (sobre el ave Maca Tobiano).
Light and Silver
En el Centro Cultural de la Cooperación Fie Tanderup presenta Light and Silver. Buscando sus orígenes argentinos, la fotógrafa danesa inicia una exploración en los mercados de pulgas de Buenos Aires. Se apropia de algunos retratos anónimos, los registra con una cámara de gran formato y los interviene con pequeñas flores marchitas imaginando otra posible versión de la historia familiar. Pasado y presente se superponen con humor y nostalgia. Al respecto, Fie Tanderup dice: “Intento entablar una conversación con la historia creando retratos psicológicos y filosóficos. Es mi forma de celebrar la vida lidiar con la historia, la memoria y la imaginación. En mi serie estoy buscando rastros e investigando la historia argentina en la búsqueda de algunos de mis orígenes. Me embarqué en un viaje que me llevó a Buenos Aires, donde encontré algunas fotografías antiguas de principios del siglo XX en un mercado antiguo. Recreo esas fotografías haciendo intervenciones. De esta manera, mi trabajo se encuentra en el umbral entre el pasado y el presente; entre la imaginación y la realidad”.