El género del terror es venerado, idolatrado, cuestionado y subestimado en igual medida, dividiendo las aguas del mundo del cine y la literatura. Están los que lo aman y los que le temen, o como yo, escapan el momento de crear una conexión. Cuando era chica mientras mi mejor amiga se regodeaba viendo Alien yo rezaba para que me vinieran a buscar antes de que pusiera el VHS.
Sin embargo con el reciente lanzamiento de "Dantescas", una antología de María Fernanda Ampuero publicada por Fera, ha ocurrido un verdadero milagro. Atraída inmediatamente por el título, me animé a atravesar el umbral y sumergirme en las profundidades de un compilado de cuentos atrapantes y estremecedores.
Desde el comienzo se percibe que esta selección de doce cuentos parte de un profundo conocimiento por parte de la escritora ecuatoriana, que como bien confiesa, hace tiempo soñaba con esta reunión de escritos de mujeres que ya no están pero que dejaron un impresionante legado, en diálogo con una nueva generación de autoras del género, responsables incluso de rescatar a las antes mencionadas.
Desde personajes que rasgan el empapelado de una habitación en la que están forzosamente encerradas, hasta una pequeña comunidad de mujeres que hartas de los abusos de sus maridos, deciden hacerlos trizas, Dantescas lo tiene todo. Entre momentos de tensión, temor, humor e ironía, se pone sobre la mesa temas sociales sensibles y necesario bajo el paraguas de la perspectiva de género, resaltando miradas de diferentes épocas y lugares geográficos, lo que nos da un abanico heterogéneo y plural. María Fernanda es aguda con sus comentarios y observaciones que acompañan y facilitan la lectura para ayudarnos a detectar de que manera se aborda la búsqueda de la justicia, la cotidianidad y los males que aqueja, el anhelo de libertad y la verdadera emancipación.
Y si bien en esos cuentos aparecen fantasmas y criaturas tenebrosas, el verdadero terror se planta en el reflejo de la vida real. Es otra forma de hacer terror, o mejor dicho de utilizar al género y asumir la responsabilidad de denunciar y exponer. Es el terror que abunda en lo cotidiano, como bien resalta Mara Parra, co-editora y fundadora de Fera, además de la posibilidad de permitirse hablar del cuerpo, la salud mental y la seguridad entre otras cosas, lo que amplia notablemente el espectro.
El rol de las mujeres en la sociedad es uno de los temas con mayor presencia, reflejado puntualmente a través de una mujer escritora, trabajadora y profesional. Una mujer "sobre educada" que molesta y que protagoniza "El empapelado amarillo" de Charlotte Perkins Gilman, escrito en 1892 y considerado el primer cuento feminista de terror.
Un relato que refleja de lo que fue y es la realidad de muchas mujeres, limitadas y encarceladas emocionalmente, que habla de la depresión post parto entre otras cosas y de una mujer privada de su libertad por su "paciente y amoroso" marido, que asegura saber lo que es bueno para ella. La tensión e impotencia que se acumula en cada párrafo es tal que dan ganas de gritar.
Si con esta breve descripción logré atraparlos, entonces Dantescas es para ustedes. Una oportunidades para conocer a autoras que atraviesan nuestro continente, una comunidad potentes creada por María Fernanda y Fera, que nos permite entender que el terror y lo siniestro se puede abarcar desde muchos puntos de vista, que tiene la capacidad de enfrentarnos con aquello que a veces cuesta digerir y que revela la cruda realidad al mismo tiempo que nos ayuda a reflexionar.