Tina Turner será recordada como un eterno ícono de la música y la cultura, un reconocimiento que se ganó hace décadas, gracias al trabajo duro, el talento y la fuerza que tuvo para superar terribles obstáculos desde muy chica, cuando fue víctima de abuso doméstico y abandono, algo que se repitió en su vida adulta en manos de Ike Turner, su primer marido. A pesar de todo, la estrella interna de Tina jamás se extinguió, sino que por el contrario creció y se expandió por el mundo, al romper barreras y allanar el camino para las próximas generaciones de artistas como Beyonce, que entre tantos otros la honran con orgullo. “Si sos fan mío, sos fan de Tina Turner. Porque yo no estaría en este escenario sin Tina Turner. Le debo mi carrera. Así que quiero que griten para que ella pueda sentir su amor” dijo hace pocos días arriba de un escenario en Francia.
Anna Mae Bullock, nació en Tennesse en 1939. Fue víctima y testigo de una casa rota por el abuso, y a pesar de que su mamá logró que escaparan, por siempre tendrían una relación truncada y falta de amor. Empezó su carrera como corista de la banda de Ike Turner y siendo apenas una adolescente ya se había embarcado en un camino con quien sería su dupla musical y peor pesadilla. Con 22 años ya había tenido un hijo y estaba casada, después de una horrorosa ceremonia en Tijuana, que terminó con un espectáculo de sexo al que Ike la arrastró. Todo indicaba que ahí se escondía el principio del fin, sin embargo Tina se puso la máscara de mujer feliz y toleró que la historia de ambos durara muchos años más.
Para poner las cosas en contexto, mientras que el éxito comercial se asomaba, los discos se producían, los shows se llenaban y la familia se agrandaba, Ike sometía a Tina a torturas fisicas y psicológicas constantes. Es por eso que en su biografía llegó a decir que "usaba su nariz como saco de boxeo" y que cuando tenían relaciones se sentía violada. Pero para el afuera Ike era el gran músico y responsable del éxito de Tina.
Aún así, en 1978 la artista dijo basta. Se escapó de un hotel mientras su marido dormía, con un abrigo y unos centavos en el bolsillo. No tenía donde vivir y sus hijos tuvieron que quedarse en la casa paterna por unos meses. Cuando logró encontrar un departamento y sobrevivir con algunos trabajos (todos le cerraron las puertas y eligieron a Ike), sus matones la perseguían y amenazaban, a tal punto que tenía que andar armarda.
Las únicas personas que la ayudaron fueron Cher, que la llamaba para que cantara en su programa y actuaba con Tina y David Bowie, que en el pico máximo de su carrera decidió cancelar la presentación de su disco para "ir a ver el concierto de su artista favorita". Despues de eso los telefonos no pararon de sonar y Tina consiguió un contrato discográfico.
Es importante entender que ella huyó para renacer, haciendo shows en cabaretes y programas de televisión, donde en 1981 se animó a ser entrevistada y relatar su infierno, algo que para la época era una decisión muy arriesgada. Como respuesta Ike se defendió explicando que alguna vez la había empujado o tirado al piso, como podía hacer cualquier otro hombre. Mientras tanto el público era testigo de cómo, incluso en la casa de una exitosa cantante, la violencia doméstica existía, y que si ella podía hablar otras mujeres también podían hacerlo.
Terminados los años 70, Turner necesitó alejarse de Estados Unidos y se exilió en varias partes de Europa y en Reino Unido, particularmente en Inglaterra, Francia y Suiza, que se volvería su hogar y el país donde se instaló con su segundo marido y el gran amor de su vida, Erwin Bach, un ejecutivo discográfico que conoció en 1984, en esa etapa de renacer y éxito que estaba a punto de desaparecer.
Hacía cuatro años que no grababa nada y su último intento había sido un fracaso. Pero con 42 años se animaba a empezar de nuevo, confiar en gente que creía en ella y grabar el disco que volvería a lanzarla al estrellato. "Private Dancer" llevaba el nombre de la canción que sería el gran hit. La había escrito Mark Knopfler de Dire Straits, pero había sido descartada para la banda, ya que él pensaba que tenía que ser cantada por una mujer. “A mí me gustaba un montón. No estaba segura si la chica era una prostituta o una clásica bailarina privada, pero decidí que me la quedaba” pensó Tina después de su encuentro con Mark, que le mostró como a pesar del intento fallido con su voz, la canción tenía mucho potencial.
El lanzamiento de "Private Dancer" fue uno de los regresos musicales más impactantes de la década. La producción y grabación se hizo en Alemania y Erwin Bach era el productor que tenía que buscarla al aeropuerto. Fue amor a primera vista y duró cuarenta años. De hecho fue él quien le donó un riñón cuando Tina estaba muy mal de salud y le devolvió a la vida. Es también la persona que siempre la cuidó y contó que Turner sufría de un estrés postraumático severo, que la enfermaba y provocaba pesadillas, como consecuencia de lo que había vivido con Ike. Por suerte tuvo muchas segundas oportunidades.
La historia de Tina o Anna Mae es una de perseverancia y amor propio. Una mujer que logró romper récords, trabajar con los mejores, reinventarse ante la adversidad y encontrar refugio y amor en el lugar menos pensado. Una mujer centrada que confesó que no tuvo una buena vida, ya que todo lo bueno que le pasó no podía tapar lo malo, y que aún así supo ser muy feliz.