Gonzalo García, cantante y compositor de la banda indie chilena, compartió un encuentro con Zibilia donde repasó el presente y futuro del grupo. También habló de su relación con la música argentina y hasta interpretó algunos fragmentos de canciones.
El reciente y bailable remix de “Quemarte a la mitad” resume la búsqueda que el grupo chileno Planeta No realizó a lo largo de estos últimos dos años. La canción, compuesta originalmente por el cuarteto peruano Santa Madero, además funciona como un parteaguas para el proyecto que comenzó en 2011 con apenas unos sintetizadores, angustia adolescente e inquietantes letras de ambigüedad sexual, cosechando lo que sembraron Gepe, Javiera Mena, (Me llamo) Sebastián, Dënver, Ana Tijoux, entre otros exponentes de la denominada era dorada del indie pop trasandino.
De acuerdo al cantante Gonzalo García, quien pasó por el Instagram Live de Zibilia para reflexionar sobre el presente de su laboratorio sonoro, el tema salió “rápido”, porque sólo ocupó la batería de samplers que tenía a disposición. “No es que haya creado algo tan nuevo, por lo menos no en el lenguaje”, admite una de las voces más empáticas de su generación, que en medio de la incertidumbre pandémica estuvo “más tiempo junto al celular”. “No es tan cómodo lo que encuentro en ese exceso de interacción. Podríamos hablar menos y sería de más calidad”, dice.
En respuesta a las masivas protestas sociales de hace un año, recientemente se aprobó la redacción de una nueva constitución chilena, dejando sin efecto la creada durante la dictadura pinochetista. ¿Cómo atravesaste el proceso?
Fue un momento difícil. Desordenado, no había ni comercio. Nunca había vivido algo así. Pensé que no me iba a tocar, que esa intensidad y energía era algo de las dictaduras. Puede que suene insensible, pero fui muy feliz, al igual que otras personas, protestando, dejándome transitar más por la emoción que por la reflexión al respecto del proceso político. Pasaron cosas muy hermosas en ese momento sangriento.
Tras la experiencia, ¿cuál es tu balance?
Creo que, como toda la juventud vanguardista progresista de Chile, no lo esperábamos. No le teníamos fe a una reacción popular transversal o a que el poder cambie en la calle. Así que superó todas mis expectativas. Ahora que vuelvo a reflexionar, que ya me senté, que ya no estoy en la calle, que fui, di mi voto y tal, vuelvo a no tener fe.
La música allende los Andes
En ese contexto, García sostiene que “los músicos en general estamos un poco desesperados por no morir en el ruido del mundo, por ser escuchados y escuchadas. Yo participo un poco de eso, mostrando trabajos”. Sin embargo, para el vocalista lo importante “es no desesperarse ni entrar en la vorágine de que importe tanto la repercusión”, sino más bien centrarse en “la calidad de lo que se entrega”; porque no es otra cosa que arte, “a lo que dedico todas las horas de mis días, aunque siempre he considerado que soy poco prolífico en la composición”.
Pareciera todo lo contrario.
Me es difícil terminar las canciones porque soy muy riguroso. Cuando empecé no tenía las mejores herramientas y siento que hasta el día de hoy estoy pagando ese karma. Trato de estar a la altura de las grabaciones profesionales. Soy más hábil con las letras que con los acordes. Hago relatos. Me entrego a mí mismo a una épica y a la grandilocuencia, porque no puedo evitarlo.
¿A qué pluma le prestas atención?
Bad Bunny es muy genial (subió un cover a YouTube), pero dice cosas transversales, para todo el mundo. En cambio, a Ca7riel y Paco Amoroso hay que seguirlos. Me gusta mucho la manera sintética que usan. O el niño de Mi Amigo Invencible, Mariano (Di Cesare). Es muy sugerente. Parecido a Álvaro Henríquez, de Los Tres. Trata cosas cotidianas, que duelen. Me encantaría escribir como él. O que hagamos un feat, y que se ocupe de la letra.
¿Por qué te atrae tanto nuestra escena?
Su acceso a la tecnología es ligeramente peor que el de Chile, entonces, la música tiene un aire un poquito más retro. Eso me gusta. También que hacen mejores relatos al conversar, gracias a la educación de base, que es superior a la nuestra. Además, en la Argentina una persona de extracción económica un poquito más baja puede conocer a referentes como (Luis Alberto) Spinetta, mientras que en Chile sólo lo conoceríamos los hijos de profesionales.
Por el momento Planeta No editó Matucana (2014), Odio (2015), Raro (2018) y No tan raro (2020), flamante mixtape que incluye una versión de “Para no verte más”, de La Mosca Tsé-Tsé, y el reggaeton “Enredadera”, una inesperada y celebrada colaboración con Ceaese, trapero con el que García que coincidió en las redes sociales. “Siendo indies, hemos hecho experimentos con lo urbano, pero lo que estoy grabando ahora, que todavía no lo he mostrado, es más indie tradicional y menos pop. No es hacia donde quiero llevar lo que hago, es lo que me está saliendo”, anticipa Gonzalo. Como sus cotorreamos Milton Mahan y Mariana Montenegro, apuesta por la música, gramática y gimnasia: “Tampoco es que tenga tantas ideas. A veces me quedan demasiado procesadas y sintéticas. Voy a tratar de que en este nuevo proceso sean más libres, ojalá resulte”.