“Me acabo de bajar del Buquebus, venía repleto de swifties”, comenta Paul Higgs sentado al lado de la ventana en un café de Colegiales, con un doble expresso, un cuaderno con anotaciones y Open, la autobiografía que reúne las memorias del ex tenista Andre Agassi. “Me lo regaló mi amigo Piro (Martín Piroyansky), hay varias cosas que me gustaron de este libro, pero una de las que más me quedó fue cuando Andre y su entrenador, Gil Reyes, dicen que lo que buscan está del otro lado del cansancio”, reconoce el músico uruguayo, y aclara que después de la entrevista se irá al gimnasio a correr en la cinta sus 8 kilómetros diarios. “Hacer ejercicio me limpia internamente, hay algo de la disciplina del gym que siempre me resultó muy atractivo”, reconoce el líder de Algodón.
Instalado desde el año pasado en Buenos Aires, luego de un intento fallido durante la pandemia, acaba de llegar de su Montevideo natal, donde fue a grabar una entrevista audiovisual. “Cada día que pasa quiero más a los argentinos, son honestos hasta en la deshonestidad, en Uruguay somos más vergonzosos, acá la gente es desvergonzada y eso es excelso”, describe.
Higgs es inclasificable y eso lo hace único. En 2002 publicó Tridimensional, uno de los álbumes más interesantes de la música rioplatense del último año, el sucesor de Astucia (2020); también lo pudimos ver en la exitosa serie Porno y Helado, de su amigo, el actor y director Martín Piroyansly; y en su faceta como productor musical trabajando en la música de El Principe Idiota y Rosario Ortega, y en el disco Charlie, una de las nuevas promesas de la música uruguaya. Este año continuó profundizando los proyectos mencionados y también logró una forma única de presentar sus trabajos en Instagram.
Higgs se filma, se graba y se edita en su departamento, algunas veces solo, otras en compañía de otros músicos, y en clips de aproximadamente 20 segundos sintetiza, deforma y reversiona sus canciones y la de artistas que admira. “Lo empecé a hacer por necesidad creativa, pero nunca imaginé que algunos iban a superar las 400 mil reproducciones o que un clip le iba a llegar a Fito Páez, por suerte esto también se vio reflejado en las personas que escuchan mi música y en las que asisten a mis conciertos”.
El próximo 30 de noviembre se presentará en vivo en el Centro Cultural Richard junto con la banda platense Mostruo. Higgs estará acompañado por su nuevo grupo que integran Tam Leschner en flauta traversa y coros, Faustina Sagasti, en batería y Choki Giaquinta en bajo eléctrico fretless. “La banda que me acompaña funciona como un anillo protector que brinda orden a la interpretación en vivo de mis temas”, afirma.
Te interesa sumarte a las modas, uno escucha tu música y parecería que no ¿Es consciente esa búsqueda?
No estoy atado a las modas, pero uno de mis principales objetivos es que lo que haga esté contenido en un envase que sea accesible para la mayor de gente posible. Es otras de las tantas cosas que aprendí de Piroyansky, la de empacar las cosas en una carcasa digerible aún manteniendo la esencia creativa impoluta. Esa es la madurez creativa hacia la cual me dirijo. Tengo la ambición de que cada vez más personas vayan a mis conciertos por más que de alguna manera no siga las corrientes.
¿El nombre tridimensional se debe a que fue hecho en Uruguay, Argentina y Brasil?
Si, tiene que ver con que se grabó en estos tres países que tanto quiero, y además con lo tridimensional, que es la dimensión en la cuál vivimos. Lo pensé con la idea de proyectar una imagen tridimensional, como la que proyectan las figuritas o los tazos que venían en los paquetes de papas fritas.
¿Qué música te inspiró a la hora de hacer el álbum?
Una de las principales influencias fue una cantante norteamericana fallecida en 1979 que se llama Judith Sill, que me llegó a través del algoritmo. Me arrasó para siempre. Por supuesto que me influenció mucho Martín Buscaglia, que trabajó como productor. Ya lo amaba de antes. El ha sido experto en poner esa perla de creatividad impoluta en la canción y aún así vestirla o decorarla de algo que las personas puedan sentir propia, a través de lo lúdico y eso es muy inspirador. La presencia de Leandro Aquistapacie y mi amiga Charlie, quienes hicieron los coros, también fueron una gran influencia. También Diego Bartaburu, leyenda del drum uruguayo, actual baterista de No Te Va Gustar y músico de uno de mis ídolos máximos que se llama Claudio Taddei.
También estás produciendo a distintos artistas ¿Qué nos podés contar de esta faceta?
Hace muchos años que trabajo como productor musical, antes lo hacía en publicidad, pero por suerte pude salir de ahí y empezar a producir a distintos artistas como El Principe Idiota, Rosario Ortega o Charlie, ahora tengo un par de proyectos que van a ser muy picantes. También produzco a amigos. Si vos entrás a mi compu tengo dos carpetas, una que dice amistades y otra que dice producciones.
Antes de lanzar tu carrera solista y de venir a vivir a Buenos Aires integrabas Algodón. ¿En qué período está la banda?
En este momento estamos dispersos por el mundo. Tenemos un álbum grabado que está fino fino y que seguramente salga el año que viene. Lo grabamos en La Siesta del Fauno y en Panda, dos estudios muy importantes de Buenos Aires. Actualmente está en manos de nuestro bajista e ingeniero de sonido que está viviendo en Berlín. En diciembre seguro nos encontraremos en Uruguay para ultimar detalles y tocar en vivo.
El año pasado te vimos en Porno y Helado ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue increíble. Este año también grabamos la segunda temporada. Básicamente trabajé ahí por ser amigo del director (risas). Yo estaba en Montevideo, en plena pandemia, y Piro (Martín Piroyansky) me dijo que estaba por filmar en Uruguay, si quería hacer unos cameos. Al principio lo dudé porque mi objetivo era volver a Buenos Aires y eso me terminaría retrasando, pero después fue una locura, una experiencia increíble.