Buena parte del contenido que Hollywood genera para su propio mercado apunta a los dólares del target adolescente y joven de su población: el extremadamente lucrativo segmento de 18 a 25 años. Pero en Argentina los que motorizan la taquilla son las familias, razón por la cual las tres películas más taquilleras de la historia de nuestro país son “Toy Story 4” (2019), “Los Minions” (2015) y “La era de hielo 4” (2012). En esta nota analizamos el fenómeno.
¿Sabían que en 2019, nueve películas animadas vendieron el 26% del total de las entradas cortadas en cines ese año? Si sumamos las películas no animadas pero que atraen a chicos y grandes por igual, como por ejemplo los live action que adaptaron populares dibujos animados como “El Rey León” y “Detective Pikachu", entonces el porcentaje trepa al increíble 40%. Ese año se vieron más de 500 películas en salas de cine, pero tan sólo 13 títulos vendieron cuatro de cada diez entradas.
Si tenemos en cuenta este dato es fácil deducir cuál es el período de cuatro semanas que supera en ventas a todo el resto del año: las vacaciones de invierno. Tres semanas que serán una prueba de fuego para el espectáculo en el país, donde veremos si las hordas familiares invaden salas de cine y teatro.
Otro factor es que después de nueve años se estrena una película animada de factura argentina. Se trata de “La Gallina Turuleca”, que adapta la clásica canción infantil que popularizaron Gaby, Fofó y Miliki en la década de 1970. Esta coproducción argentino-española cuenta con las voces de Flavia Palmiero y Guillermo Francella para, precisamente, darles un aliciente a los padres de los niños para que elijan este título por sobre Buzz Lightyear o Gru y los Minions.
Pese a lo popular de la animación en Argentina, no es común encontrar títulos de producción nacional en los cines locales. Obviamente, esto tiene una causa específica: hacer una película animada conlleva un costo mucho mayor que la realización de un filme con actores de carne y hueso, con tiempos de producción que suelen extenderse por dos años, cuando el rodaje promedio de un filme local se realiza entre cuatro y ocho semanas. De ahí que sea necesario conseguir muchos inversores privados y, por lo general, más de un país involucrado en el financiamiento.
“Metegol” (2013) no sólo es la película más costosa del cine argentino, sino que es el filme más caro de la historia del cine en latinoamérica, con más de 20 millones de dólares de presupuesto, mientras que “Manuelita” (1999) había tenido un costo exorbitante para la época, de cuatro millones de dólares. Es por eso que, más allá de lo popular que pueda ser el género en nuestro país, para realizar una película animada se necesita de los mercados internacionales para lograr equilibrar las cuentas.
Volviendo a “La Gallina Turuleca”, para aquellos que no conocen o recuerdan la historia, Turuleca es una gallina que no puede poner huevos y, por este motivo, sufre la burla del resto del gallinero. Eso sí, su vida cambia el día que Isabel descubra que Turu no sólo cacarea, ya que también puede hablar. Detrás de esta producción se encuentran Pampa Films, Gloriamundi Producciones y Juan Pablo Buscarini, quienes tienen experiencia en esto de tomar mitos infantiles inmortales y aggiornarlos no sólo para las nuevas generaciones, sino para distintos países que no conocen el material original.
Buscarini estuvo a cargo de “El ratón Pérez”, estrenada en 2006 y su secuela de 2008, que además de ser un éxito en Argentina, fueron sensación a nivel mundial, especialmente en Italia y España, donde las recaudaciones superaron a lo conseguido fronteras adentro. La leyenda del Ratón Pérez no existe como tal en los países del norte y de Europa, donde la que se encarga de la tarea de intercambio es “El hada de los dientes”, por lo que para su lanzamiento internacional se rebautizó al filme como “The Hairy Tooth Fairy” (El Hada Peluda de los Dientes”).
Ahora Buscarini y Pampa Films van a por los huevos de oro en la taquilla con Turuleca que a diferencia de una película como “Lightyear”, que puede atraer a los más adolescentes, apunta a un target más preescolar.
Eso no significa que no se haya puesto el mismo esfuerzo que una megaproducción internacional. La animación es 3-D, con un presupuesto de cuatro millones de euros y una producción que dio sus primeros pasos en octubre de 2016, con tareas repartidas entre distintos equipos de artistas digitales tanto en España como en Argentina, que completaron el trabajo en 2021. “La Gallina Turuleca” ya se estrenó en España, Israel, Portugal y Turquía, entre varios mercados más. ¿Cómo reaccionará el público argentino? A partir del 14 de julio lo sabremos.