Wong Kar Wai, reconocido director chino-hongkonés, siempre se sintió identificado con la soledad y la nostalgia de los recuerdos. Su repentina mudanza de Shanghái, China, a Hong Kong cuando tenía tan sólo cinco años significó para el cineasta un arduo proceso de adaptación. Sin embargo, también fue clave para su desarrollo como artista: encontró en las películas la posibilidad de huir de su dura realidad. De allí que gran parte de sus historias sean un constante retorno al pasado, con personajes que se sienten perdidos, sin tener un lugar a donde ir.
“Happy Together” (1997) es, de toda su filmografía, el largometraje que más se acerca a tales emociones. Lai Yiu-fai (Tony Leung) y Ho Po-wing (Leslie Cheung) son una joven pareja de Hong Kong que, para salvar su caótica y tóxica relación, deciden viajar a las Cataratas del Iguazú. Cuando parece que todo comienza a tomar rumbo, los enamorados se pierden en la ruta, lo que desemboca en el fin de su vínculo amoroso.
Un tiempo después, sin mucho dinero y con ansias de volver a su país, ambos se reencuentran en Buenos Aires. Lai trabaja en el emblemático Bar Sur de San Telmo, mientras que Ho se dedica a la prostitución. Más allá de su ruptura, deciden apostar nuevamente por su amor y es allí cuando Wong Kar Wai nos introduce a una historia donde la pasión y el dolor se fusionan de una manera tormentosa y hermosa a la vez.
Una aventura por Argentina
Durante la preproducción, Kar Wai tenía dos cosas en claro: el argumento central de la película y que no quería filmar en Hong Kong. Su país se encontraba en un momento bisagra tras la vigencia de un acuerdo chino-británico que establecía que el territorio pasaba a pertenecer a China bajo una administración capitalista. Fue así cómo el cineasta, con el deseo de alejarse lo más posible de allí, se puso en marcha para pensar un nuevo escenario para sus personajes.
“Soy un gran aficionado al fútbol, y Maradona es argentino. Así que pensé que estaría bien rodar una película en Argentina”, expresa el director hongkonés en el documental “Buenos Aires Zero Degree”. Además, es un gran admirador del escritor Manuel Puig: “Me inspiró su manera de contar las historias, no el contenido, sino la forma. En la literatura de Puig hay algo indefinible que me gustaría transmitir con mi cine”, sostuvo en una entrevista en 2005.
Así comenzaba, en agosto de 1996, una aventura -ardua y desorganizada- para realizar su primera película fuera de Asia. Al no contar con un guión, suficiente equipamiento, ni permisos para filmar, el film fue tomando forma a medida que Kar Wai y su equipo encontraban locaciones para rodar. De hecho, originalmente “Happy Together” dura aproximadamente tres horas, pero el director decidió eliminar gran parte de las escenas: “Prácticamente se hizo otra película de todo lo que se filmó”, contó a Infobae Ignacio Barbé, quien trabajó como location manager.
El cineasta hongkonés exploró toda Buenos Aires, desde San Telmo, la estación de Constitución, el Hospital Fernández y un albergue transitorio, hasta las Cataratas del Iguazú y Ushuaia. Sin embargo, según recuerda Barbé, por momentos el rodaje se tornó oscuro, hasta incluso bizarro, al enterarse que la mafia china había llegado a un acuerdo con los barrabravas de Boca para que Kar Wai y su equipo puedan filmar en la Bombonera. Además, estaban constantemente expuestos a disturbios y personas armadas, al punto de tener que frenar el rodaje por la seguridad de todos.
Buenos Aires desde los ojos de Wong Kar Wai
A través de la cámara, Wong Kar Wai y Christopher Doyle, director de fotografía, nos sumergen a una Buenos Aires triste y sin vida. La ciudad es teñida de las emociones y vivencias de los protagonistas, quienes no sólo divagan por las calles con el corazón roto, sino que también enfrentan los sinsabores de ser extranjeros. De esta manera, el director transmite el deseo de Lai Yiu-fai y Ho Po-wing de volver al pasado, donde eran felices y se sentían como en su hogar.
Y en una historia de amor trágica y dramática, por supuesto que no podía faltar el tango. Los personajes conviven en un pequeño departamento en un conventillo de La Boca. Allí se aman y se pelean por igual. Es su refugio, pero también el lugar a donde no quieren volver. Sus idas y vueltas se transforman en una típica melodía tanguera en la que la pasión, tristeza y locura se fusionan entre sí.
Un antes y un después en el cine LGBTIQ+
Luego de seis meses de rodaje, “Happy Together” se presentó en el Festival de Cannes de 1997 y fue nominada a la Palma de Oro. Alrededor de todo el mundo, el film cautivó tanto a la crítica como al público no sólo por la elegante e inusual manera de retratar Buenos Aires, sino también por darle visibilidad a la comunidad LGBTIQ+. Fue así cómo el trabajo de Wong Kar Wai inspiró a nuevas generaciones de cineastas a continuar representando la bandera de la diversidad. Tal es el caso de Barry Jenkins, el aclamado director de “Moonlight”, película ganadora del Oscar en 2017.
“Happy Together” es, ni más ni menos, una película que explora la imposibilidad de encontrar un lugar en el mundo. Los personajes están condenados a vivir en la nostalgia y el pasado, donde todo era mejor. Sin embargo, en aquel sufrimiento hay algo poético que sólo Wong Kar Wai, a través de la cámara, es capaz de transmitir. “En una tierra a cero grados, sin este u oeste, que no tenía día ni noche, en la que no hace ni frío ni calor, aprendí qué es la sensación de exilio”, dijo alguna vez el director chino-hongkonés.