El teatro inclusivo es una tendencia que crece en Buenos Aires. Pueden verse espectáculos con elencos con integrantes discapacitados y al mismo tiempo, funciones dedicadas al público no vidente o hipoacúsico. Conocé en este nota a la Compañía las Ilusiones que en junio presentó adaptaciones de grandes obras.

“El teatro ha colaborado para entender el contexto histórico en que vivíamos y se ha adelantado. Creo que el teatro está hablando de inclusión cuando la sociedad no está incluyendo todavía” explica Juan Ignacio Acosta, director general de la compañía de arte Las Ilusiones, una de las más longevas dedicadas a producir obras de teatro inclusivo y que presenta un ciclo con versiones de obras Arlt, Vacarezza, Brecht o Shakespeare. Las ilusiones es parte de una tendencia que se afianza en los últimos años. Por ejemplo, La Galera Encantada, bajo la dirección de Héctor Presa, ha presentado El mago de Oz, en versión inclusiva, o Robin Hood, un héroe diferente. 

“Somos todos iguales, pese a nuestras diferencias”, dice sonriendo Acosta. Con emoción y alegría en su voz, explica que “aceptar la diversidad del otro, es aceptar la propia”. Tanto Las Ilusiones, como las funciones inclusivas de La Galera Encantada, abren una puerta (¿o aún ventana?) en el arte para que entren (y salgan a la luz) aquellas personas que se mantenían en una esquina.

La difusión, cortar un ticket, comentar en una red social, contarle a un amigo, es aún más importante en este tipo de funciones. ¿Por qué? La normalidad es un mito, sin embargo, todos los días hay que trabajar para desmitificar los prejuicios que hay sobre las personas con discapacidad. “Buscamos romper con la idea de que la discapacidad es ‘no puedo’ y llevar a otra concepción sobre ella. Hay mucha ignorancia y mirada peyorativa sobre las personas con discapacidad, y cuando ven que hacemos algo de calidad se sorprenden: ‘Wow, no me imaginaba que hacían esto’”, cuenta Acosta.

Sobre las funciones realizadas en La Galera, de la mano de Héctor Presa, el director explicó en una entrevista: “Atravesamos una época en la que sigue siendo necesario mostrar que hay elencos inclusivos, grupos de teatro que se preocupan por esos actores con capacidades diferentes.”

Ahora, ¿cómo se llevan adelante este tipo de obras? Los directores de Las Ilusiones toman un texto clásico y lo adaptan. Pero la adaptación sufre varios cambios para llegar a un lenguaje sencillo. La idea se prueba en escena y los actores se la reapropian. “Por ejemplo: tenemos un diálogo que dice ‘vamos a la montaña preciosa’, ‘precioso’ es un fonema difícil. Y al actor le sale ‘lindo’. Para el público no es un gran cambio y el sentido es el mismo, pero está apropiado por el actor”, extiende Acosta. En el caso de Presa, dice que el cuento original se toma como punto de partida, pero la obra termina siendo una nueva historia, en la que se adaptan las situaciones y textos a la motricidad y al lenguaje que puedan manejar los actores. 

Las Ilusiones nació como idea en 2008, con el madrinazgo de la Escuela de Alicia Zanca y bajo la dirección de Acosta. Luego del fallecimiento de Alicia, el director fundó, en 2012, esta compañía que integra actores con y sin discapacidad intelectual. “Es bastante natural la interacción entre discapacidad y no, dentro de lo que implica la naturalidad. Todos pasamos por distintas etapas dentro del proceso de inclusión y aceptación. Las personas sin discapacidad tienen que comprender ese lenguaje que, por momentos, es diferente. Como el proceso cognitivo es más lento, al principio uno quiere ser más paternal, pero intentamos que no ocurra: que sea de igual a igual. De 450 alumnos, la minoría es la que no tiene discapacidad. Y trabajamos a partir del paradigma invertido. Las personas sin discapacidad son las que se tienen que incluir. No va a ser siempre así, no va a ser tan natural, pero es un proceso en el que esto se puede dar”, observa Acosta.

Por una cuestión obvia, las personas con discapacidad dependen más de sus padres/tutores, por eso, su devolución de las clases y funciones es primordial. Según la compañía Los Ilusiones, los actores terminan llenos de amor y felicidad. “Hay mucha pertenencia y agradecimiento. Demostramos que no invitamos al público a ver una función escolar, sino una obra con escenografía y diálogos”, declara el director.

“Cuando actúo siento amor, y cuando actúo me hace sentir que me late el corazón y una sonrisa. Y escucho a Dios, para que me dé actor y actriz y cantante”, cuenta Melanie Games sobre cómo se siente en Las Ilusiones. También es parte de la compañía, Alejandro Ovando, quien dice que como actor es bueno y que le gusta hacer obras: “siento que me gusta hacer teatro. Estoy orgulloso y contento”. Leandro López Padros agrega: “Me gusta que los profesores me enseñen a actuar, porque me gustan las obras y los personajes. Siento felicidad”. Hoy, ya son diez años de Las Ilusiones dando clases y uniendo al arte con la discapacidad, además de expandirse a nueve sedes en la Argentina (Abasto, Olivos, Villa Ballester, Ramos Mejía, Ingeniero Maschwitz, Lanús, La Plata, Salta y Colón). 

¿Qué esperar al sacar una entrada para ver teatro inclusivo? Otro tipo de teatro, con otra lógica, pero una puesta en escena y texto que transcurren, traspasan, interpelan y emocionan. “Vemos a una persona a la que le cuesta más hablar, que se puede trabar y puede tener olvidos de letra. En este teatro, las cuestiones que uno en el convencional tildaría de errores, acá forman parte de la lógica”, aclara Acosta, que además de director de escena es intérprete de lengua de señas.

Por otro lado, el proceso de inclusión no solo se da desde el punto de vista de la producción. También incluye al público. El Teatro Nacional Cervantes inició en junio las funciones accesibles para el público hipoacúsico y no vidente de tres obras en cartel. El programa continúa el 22 y 29 de agosto con La vida extraordinaria que contará con los siguientes recursos: visita táctil, audiodescripción introductoria, lenguaje de señas en la sala Orestes Caviglia, que cuenta con aro magnético. 

Mientras, el Galileo Galilei lanzó Planetario Accesible, que engloba una serie de de propuestas que también buscan fomentar la inclusión de todos los agentes de la sociedad en las actividades culturales. Hay funciones para personas ciegas y disminuidos visuales, que cuentan con una experiencia táctil (con soportes hápticos) y auditivos para que todos conozcan la galaxia. También hay una versión para personas sordas e hipoacúsicas, con un espectáculo visual para chicos y un relato en vivo con un intérprete en Lengua de Señas. Además, dan talleres didácticos para personas con afasia y otras discapacidades derivadas de patologías cerebrales severas. 

Para finalizar, Acosta reflexiona: “Ya lo dijo Marcelo Varela (de la Asociación Sindrome de Down de la República Argentina) ‘la palabra inclusión no existirá más cuando estemos todos incluidos’”. Y concluye: “creo que las pequeñas acciones pueden incluir”.