Previo a un nuevo show de la banda en Niceto Club, Tom Quintans, el cantante y guitarrista, habla sobre el cuarto trabajo del grupo. También de fúbol, de política, de Oasis, de rock, del presente y el futuro.

Tom Quintans acomoda toda su humanidad en un banco alto. Luce una barba de días que apenas envejece su rostro y se muestra conforme con el asiento elegido, al igual que con su presente profesional: tiene 31 años y lleva alrededor de nueve al frente de Bestia Bebé, una referencia ineludible del indie nacional. “Si hay un fin de semana en el que no tocamos, me deprimo”, reconoce el cantante, compositor y guitarrista, que recibe a Zibilia Revista en Resto del Mundo, estudio emplazado en Boedo donde se cocina el próximo disco de su grupo. 

A tono con la remera negra que viste, el tipo desconoce de grises a la hora de escupir sus opiniones. Por caso, así como sostiene que necesita el vivo para estar contento, también admite que sufre bastante por culpa del fútbol: “Ahora Racing no juega a nada, pero como todo hincha del club, tengo esperanza”. Debido al desastre heredado por la gestión del Frente de Todos, la otra gran pasión que divide al país, la política, le genera todo lo contrario. “Yo lo voté”, confirma y al mismo tiempo agrega con desazón que “está todo hecho mierda” y que a Alberto Fernández le tomará tiempo y esfuerzo recuperar el país.

¿Te parece que el perfil del flamante presidente, sensible a la actividad artística, puede influir en la política cultural?

(Piensa) Puede ser... igual hay cosas mucho más importantes primero, como arreglar los hospitales, hacer escuelas y evitar que la gente se muera de hambre. Después de eso, hablemos de la cultura.

¿Se discute de política dentro del grupo?

La ideología política de los cuatro es muy similar, no hay nada que discutir: somos peronistas, o por lo menos nadie dijo lo contrario (se ríe). 

¿También coinciden en el fanatismo por Oasis o sólo es una cosa tuya?

Todos somos fanáticos. Nos parece una de las mejores bandas de la historia y la escuchamos todo el tiempo. Y ellos (Noel y Liam, los hermanos Gallagher) son muy atractivos como personajes.

¿#TeamLiam o #TeamNoel?

Somos más de Liam, obvio. Noel es el genio que hace los tema, pero para tomarte una birra es mucho mejor Liam.

Oasis, la famosa banda de los hermanos Gallagher.

¿Te parece que el grupo pudo haber funcionado sin uno de los dos?

Oasis nunca hubiera sido Oasis sin la voz de Liam o las canciones de Noel. Se acoplan perfectamente. Se necesitan, como James Hetfield y Lars Ulrich de Metallica. 

Sin embargo, suele ponerse la figura de Noel por encima de la Liam, más ahora que lo “supera” como solista...

Por más que casi no haya compuesto, Liam es el mejor cantante del mundo, la voz y el frontman de la banda. En realidad, es el anti frontman: se queda parado, dice unas boludeces y hasta bardea. Todo lo contrario a un (Mick) Jagger, que baila y agita a la gente.

Sin personajes en escena

Salvando las distancias, vos tenés mucho de “anti frontman”. 

Sí, obvio. Además, no soy un chabón que entre a un lugar y sea el centro de atención. Hago la mía, la que me gusta. No es que tengo un personaje para los shows, soy así. No actúo ni te voy a pedir que hagas palmas arriba del escenario. 

Mencionaste a la dupla Hetfield-Ulrich, y años atrás reconociste que querías hacer un LP como Kill 'Em All (1983). Del 1 al 10, ¿qué tan cerca estás de concretarlo? 

¡Cero! 

¿Y de hacer algo por fuera de la banda, aunque no sea de thrash metal?

Tampoco, no hay una idea de hacer algo solista, porque todo lo que hago va para la banda. Salvo que sea un extremo. Por ejemplo, el próximo disco tiene una canción inspirada en un compilado de los años 50 que estuve escuchando. Con lo cual, si algo que me gusta, lo uso y no me importa que no se parezca lo que la gente cree que es o debería ser Bestia Bebé. Me gusta que cambiemos, que no nos atemos a un estilo. Me aburre hacer siempre lo mismo.

Las pruebas destructivas (2017) se distinguió por el tiempo que tenían los tracks, ya que la mayoría eran composiciones que no quedaron en el álbum debut, Bestia Bebé (2013). En ese sentido, ¿qué caracterizará al cuarto material de estudio?

Le di mucha más importancia a la melodía de la voz y a las letras. Antes, era lo último que hacía. En cambio, ahora escribí, corregí, busqué frases que me gustaran. Tampoco quise hacerme el Indio Solari. Es un referente, sí, y me gustan Los Redondos, pero no lo veo para mí. Escribo sobre vivencias, sobre cosas que me pasan. Como (Ricardo) Iorio. Soy muy fanático de todas sus bandas, porque las letras de Hermética y Almafuerte hablan de eso, de un camionero, del chabón que va a laburar. Igual que los 2 Minutos y El Mató, siempre fueron una guía en la forma de escribir en español. 

Proyecciones y expectativas

Tom anticipa que el nuevo disco está casi terminado. Saldrá en mayo, será editado en vinilo en España, donde el cuarteto que completan Polaco Ocorso (batería), Tomas Vilche (guitarra) y Chicho Guisolfi (bajo) girará por tercera vez, y tendrá entre 10 y 12 canciones. “Las empecé a componer en 2015, después de publicar Jungla de Metal 2”, avisa Quintans y agrega que será “más melancólico y personal” que el resto de sus producciones. De acuerdo con el autor, es un es trabajo ambiguo, agridulce. Como un dramedy del director Noah Baumbach (Historia de un matrimonio): “Es buena y mala onda a la vez. Es triste, pero con un guiño a que está todo bien, como suelen ser nuestras letras… y la vida misma”.

Luego de tantos años, ya están instalados en un circuito, tienen el apoyo de los seguidores y el reconocimiento de prensa y pares. ¿Qué pretenden con el siguiente material?

¡Llenarnos de plata! (Se ríe). Tenemos la esperanza de que a la banda le vaya mejor, pero al mismo tiempo estamos contentos con la realidad que vivimos. Ahora bien, sí me gustaría tocar en Racing o River, pero nunca nos pusimos ese tipo de metas. Las cosas se van dando. La cuestión es estar contento con el día a día, sino no lo disfrutás, porque estás todo el tiempo pensando en “llegar”. 

¿Y vos estás contento con el día a día?

Sí, obvio. Cien por cien. 

Imagino que siendo un conjunto independiente no todas deben ser buenas. 

Es parte de un todo, viene con el paquete. Sin eso por ahí no disfrutarías tanto lo otro. Se logra un equilibrio. A veces cuando tocamos van 300 personas o 10, y estamos igual de contentos. Lo importante es que tenemos ganas de hacerlo e ir a todos lados. 

¿Nunca te pesó?

No, ni a palos. Si me hubiera pasado no estaría tocando más. Por eso desde que empezamos nunca paramos. Ni para grabar. Tocamos y tocamos. Prefiero eso que estar al pedo.