Mariano Oliveros nos sumerge en el universo de Axel Kuschevatzky, el productor argentino que logró hacer de su amor por el cine una carrera internacional absolutamente inédita. Instalado desde el año pasado en la ciudad de Los Ángeles, nos cuenta acerca de sus proyectos más ambiciosos, la necesidad de soltar la relación de dependencia para animarse a cumplir sus sueños, lo que significa producir en el 2021 y cómo las nuevas plataformas nos permiten entender al cine como un verdadero fenómenos global.

Axel Kuschevatzky vive y respira cine. Casi podríamos que decir que de manera literal ya que, desde su infancia, la pasión con la que vivió su cinefilia fue siempre bordeando el paroxismo.

Kuschevatzky se dio a conocer siendo adolescente al ganar el clásico programa de preguntas y respuestas “Tiempo de Siembra” (contestando sobre cine, claro). El dinero del premio lo usó para dar vida a la revista La Cosa, la más celebrada de las publicaciones nacionales dedicadas al cine de terror, monstruos y similares. Más adelante pasó a trabajar en el área de adaptación y producción de Telefé hasta que llegó una oportunidad: el canal (y su empresa madre, Telefónica) se involucrarían de lleno en el área cinematográfica (con filmes que poco -o nada- tenían que ver con las comedias familiares por las que el canal de las pelotas era conocido en la pantalla grande hasta ese momento).

Así es como en 2009, Kuschevatzky debuta como productor con una película que quizás algunos recuerden: “El Secreto de sus Ojos”, de Juan José Campanella, que fue hit en Argentina (con más de 2,4 millones de espectadores), vendida y estrenada en cada rincón del planeta y finalmente, ganadora del Oscar a la Mejor Película Extranjera.

“Si la película me genera plata, pero no me ayuda a crear una marca, es un problema. Si me da prestigio, pero no me da plata también es un problema. La búsqueda de Telefé, en un momento, fue la de conseguir ambas, y la película que inició este recorrido fue “El secreto de sus ojos”. De ahí nace la variedad en los contenidos producidos para cine por Telefé, ya sea bajo la dirigencia de Telefónica y luego de Viacom”, recuerda.

Desde 2009 hasta su partida a principios de 2020, Kuschevatzky produjo o colaboró en la producción de un centenar de películas, no sólo en Argentina sino también en España donde Movistar Cine se nutrió de su conocimiento en más de una ocasión para producciones locales. Desde la jugada remake de uno de los más intensos dramas del cine argentino (“La Patota”) hasta mega-producciones como “Relatos Salvajes” (la película más taquillera a nivel local e internacional del cine argentino) y “Metegol” (la película latinoamericana más cara de la historia, con 20 millones de dólares de presupuesto), buena parte del cine argentino industrial más destacado de la década del 2010 tuvo en sus créditos el anuncio “Co-producida por Axel Kuschevatzky”.

“Las productoras, por lo general, son consecuentes con el tipo de películas que hacen: hay un estilo Patagonik, una búsqueda en las películas de K&amp: lo que les interesa a ellos puede estar más cercano a un estilo o a apuntar a un espectador específico. Con Telefé era más difícil porque las ocho películas por año en las que participábamos eran muy diferentes entre sí. Y eso fue buscado: fue un diseño de producción el lograr que las películas no se pareciesen. Pero ninguna era decisión final mía. Como toda gran empresa, el contenido lo tiene que aprobar el director. Y yo tenía que ir al directorio de Telefé y pitchear el proyecto. Vender la idea de hacer una comedia con Guillermo Francella enano no fue muy difícil. Pero ofrecer para invertir en la remake de una película de la década del ´60 que trata sobre los efectos destructivos de una violación como es “La Patota” es muy diferente”.

NUEVOS VIENTOS

Tras el estreno de “El Robo del Siglo” (su última película como productor bajo el techo de Telefé), Kuschevatzky armó las valijas y se instaló en Los Ángeles para desarrollar proyectos internacionales mediante la firma INFINITY HILL, que armó junto a la productora argentina Cindy Teperman y Phin Glynn. Juntos ya estrenaron en plataformas la película “The Doorman”, con Ruby Rose y Jean Reno; y su mayor éxito hasta el momento, la serie británica “Staged”.

Staged, la primera serie británica que produce para la BBC, se prepara para la temporada 2.

“Llevaba 19 años en relación de dependencia con Telefé, Telefónica y después Viacom. Y sentía que había conseguido un montón de cosas que estaban buenas pero que las propias decisiones de las corporaciones no me dejaban hacer todo lo que quería. Sigo trabajando con Viacom pero ahora puedo ampliar el horizonte. Había otras búsquedas que quería hacer. Quería seguir aprendiendo, sabiendo que podía seguir trabajando con Argentina. Siempre trabajo en sociedad con productores locales, porque hay cosas que yo no sé hacer y ellos sí y viceversa. Es más importante que tengas en claro tus debilidades que tus fortalezas cuando te dedicás a esto”.

El inicio del nuevo camino de Kuschevatzky en el mundo de la producción de contenidos internacionales llegó justo con el cambio de paradigma: la pandemia sólo aceleró un proceso que ya estaba muy encaminado, que es el del poder de las plataformas por sobre los medios de comunicación tradicionales y el nacimiento del, llamémoslo, consumidor global por sobre el espectador o televidente local.

“Las plataformas empujaron es a una globalización del consumo del contenido. Cuando yo crecía, podías ir al cine a ver películas alemanas, o italianas, o españolas, o inglesas o norteamericanas. Llegó un momento donde, por diferentes razones, ver películas que no eran anglosajonas se hizo muy difícil en Argentina. Ahora, a partir de las redes, la gente ve “Squid Game” que es coreana, “La casa de papel” que es española; ¡muchas películas inglesas que la gente no sabe que son inglesas! Las películas de Harry Potter, las de James Bond: no tienen nada de Hollywood. Son inglesas. Tim Burton filma en Inglaterra desde hace años. Una película como “Non Stop”, con Liam Neeson envuelto en una conspiración en un avión, pareciera que transcurre en Estados Unidos. Pero la realidad es que se trata de una película rodada en Francia -con los beneficios fiscales de Francia-, por un director español, protagonizada por un actor irlandés, distribuida por una compañía francesa -Studio Canal-. Y uno la ve y piensa en que es una película hollywoodense, ¡pero es la película más europea de la galaxia!”.

De esa manera, pese a estar instalado en Los Ángeles desde principios de 2020, Kuschevatzky puede seguir produciendo contenido en Argentina como la recientemente estrenada “El Prófugo”, de Natalia Meta con Érica Rivas; la nueva producción de Santiago Mitre -director de “La Patota”- llamada “Argentina 1985”, con Ricardo Darín y Peter Lanzani como protagonistas; y al mismo tiempo dividir su tiempo en Inglaterra para supervisar el rodaje de “A bit of light”, con Anna Paquin –“True Blood”, “La lección de Piano”- además de varios proyectos más en desarrollo en diversos rincones del globo.

Erica Rivas, protagonista del thriller psicológico, "El prófugo".

“La pandemia remarcó lo que veníamos haciendo: no hace falta estar presente en un país para producir. Estamos en la tierra abstracta a la cual podemos llamar el éter de la web. Mis socios son dos argentinos que no viven en Argentina y un productor inglés. Y la única barrera que tenemos es la horaria para estar conectados y producir juntos. Los que producimos contenido entre varios países no sentimos que estamos encadenados a un territorio específico. Porque la verdad es que, hoy en día, hacer una película es más o menos igual en todas partes del mundo.

Hay diferencias quizás en algunas cosas que tienen que ver con la financiación, pero son cosas muy específicas con cómo se labura una película en términos prácticos. Pero no es muy diferente hacer una película en Argentina, en México o en Inglaterra. También está el hecho de que las producciones que hacemos fuera de Latinoamérica son en inglés, pero eso no significa que sean contenidos norteamericanos, o hollywoodenses. Eso hay que saber hacerlo y tenés que tener ganas de atravesar el entramado de trabajo con los estudios. No es que tenía un interés en hacer películas yanquis. Si me interesa trabajar con el talento que hay acá: realizadores, actores, actrices”.

Después de diez años de producir películas orientadas a un tipo de lanzamiento específico (cines primero, televisión y/o plataformas después), Kuschevatzky también se adaptó rápido al nuevo paradigma en el que las películas se saltean la explotación cinematográfica y llegan a todas partes del mundo al mismo tiempo y a un click de distancia. Si bien para muchos realizadores, el acceso a las plataformas para ofertar sus producciones sigue siendo un misterio, Kuschevatzky en su experiencia hecha un poco de luz al proceso.

“Las plataformas entendieron que una forma de mantener fiel al espectador local era ofrecer contenidos locales. Pero el volumen del contenido local dependerá de la escala de los mercados. Obviamente Netflix y las demás plataformas tienen más contenido mexicano que argentino porque México es un mercado cinco veces más grande que Argentina. Lo mismo pasa con España. Y no te menciono de un problema extra que tienen las plataformas con Argentina que es que el valor del peso siempre va para abajo, por lo que un abonado argentino no tiene la misma rentabilidad que un abonado mexicano, o brasilero. Y, así y todo, Netflix, Amazon, Disney, entienden que tienen que tener contenidos locales. Y el tipo de contenido va variando, porque también van probando los vínculos con los espectadores”.

Pese a eso, el inicio de las películas sigue estando del lado de los productores, con los equipos creativos de las plataformas más orientados a seguir el día a día de las series (el gran caballito de batalla en el mundo del streaming). “Los productores somos los que iniciamos los proyectos de películas para las plataformas. Pero a diferencia de lo que sucedía con la taquilla cuando una película se estrenada en cines, no tenemos acceso a la métrica como para saber qué significa tener un número 1 en una plataforma: estamos primeros esa semana pero, ¿con cuántos visionados? No sabemos. Y que nos haya ido bien con una película no significa que podamos negociar mejor con la plataforma para una próxima película gracias a eso. Los tipos te van a ofrecer lo que ellos creen que el material vale. La plataforma lee el proyecto y en función de su modelo de negocios, te propone. Nunca toma en cuenta tu necesidad la plataforma. Vos ofertás y si a la plataforma le interesa, te dice cuánto está dispuesto a pagar en base a su modelo de negocios”.