Curador e historietistas en la inauguración de Deseo y Problemas en el CCR. Foto: María Mohorade.

"Creo que hubo un momento desde principios de los 70s hasta principios de los 90s donde la historieta erótica en la Argentina tuvo mucho impacto y desarrollo (por supuesto con el parate importante que significó la Dictadura del 76-83)", afirma Amadeo Gandolfo, investigador y curador de la exposición de historieta erótica Deseo y problemas, en el Centro Cultural Recoleta. "El destape alfonsinista fue un verdadero destape luego de muchos años de oscuridad y obscurantismo... Con respecto al momento actual, me parece que más que nada es un condimento que muchos autores deciden ponerle a sus obras. El fin (o, más bien, la lucha contra) de muchos puritanismos hace que en la historieta hoy ya se pueda dibujar muchos tipos de sexo, y que tu obra no necesariamente tenga que ser “de sexo” para incorporarlo. ¡Lo cual es lo más natural del mundo! ¡Lo absurdo es que el sexo no haya estado incorporado a las narrativas tradicionales!"

De la serie, Buenos Aires en camiseta, Alejandro del Prado (Calé), alrededor de 1950.

Gandolfo es historiador y Doctor en Ciencias Sociales (UBA). Becario post-doctoral del CONICET, en la actualidad investiga por un lado, la figura del dibujante norteamericano Jules Feiffer, publicado en la Argentina en los 60 en la revista Confirmado, y por otro, se adentra en la vida y la obra de Oski.

La exposición Deseo y problemas reúne obras de dibujantes legendarios como Oski, José Luis Salinas, Calé y Francisco Solano López, con una gran cantidad de artistas contemporáneos: Sofía Álvarez Watson, Muriel Bellini, Fernando Calvi, Delius, Ignacio Minaverry, Jo Murúa, Sole Otero, Constanza Oroza, Delfina Pérez Adán, Diego Simone, Paula Sosa Holt, Sukermercado, Powerpaola, Diego Trerotola, Luciano Vecchio y Pablo Vigo. 

Sueño Nº5, Amor, Delius.

El nombre de la muestra surgió de la biografía de un amigo del curador en Twitter, que a su vez se inspiró en la línea de diálogo de un personaje de la película Simple Men de Hal Hartley, que dice: “No existe tal cosa como la aventura. No existe tal cosa como el romance. Solo hay deseo y problemas”.

“Siempre me pareció muy genial – explica Gandolfo - , porque resume en gran medida lo que a menudo parecen ser los dos polos de cualquier relación amorosa o libidinosa. Por un lado, las ganas de estar, de coger, de besarse, de presumirse; por otro, los quilombos que implica estar con alguien a lo largo del tiempo, ir descubriendo y acoplando las cosas que nos fastidian del otro, los pequeños (y grandes) conflictos cotidianos. Además, ‘problemas’ es una manera (muy) suave de designar otras cuestiones que también tienen que ver con la manipulación, la violencia o lo tóxico en las relaciones.”

Dos jóvenes pensadores contemporáneos, Jo Murúa, 2017. Foto: María Mohorade.

El recorrido propuesto en la muestra no solo permite viajar por los estilos, las técnicas y las estéticas, que han ido del lápiz y la tinta a todas las posibilidades que ofrece el medio digital; también exhibe cómo han ido mutando los conceptos de amor y sexualidad a través del tiempo. Gandolfo pensó la exposición a partir de una idea de lo “random y lo inesperado” para que el visitante pudiera saltar de “alguien que está hablando del sexo con cinturonga o de los amores tóxicos a través de un videojuego, a alguien que pone la novia, la pareja, como única alternativa, y luego a alguien que hace historietas sobre lesbianas teniendo mal sexo".

Una página de Intenso, de Sole Otero, 2017.

Explicó además la evolución del género de la siguiente forma: “Durante muchísimo tiempo en la historieta argentina (diría que hasta los 80) había casi un mono-modelo: matrimonio heteronormativo, familia tradicional, la mujer que cambia de la noviecita (o el bombón) despampanante y deseado a la esposa gorda que te pega con el palo de amasar porque volvés tarde de jugar a las cartas con tus amigos… Gracias a Dios todo eso cambió y sigue cambiando. No solamente desde la ruptura de la heteronorma, que celebro en toda su diversidad, sino también en los triunfos del movimiento feminista que permiten reconstruir las relaciones heterosexuales también, y contemplar a quien tenés al lado como un compañerx en igualdad y no unx sirviente o 'la madre de tus hijos'. El feminismo también ayuda mucho a los hombres a poder salirnos de un ideal de masculinidad que es absolutamente tóxico y espantoso y eso está buenísimo.”

El cartucho maldito, Delfina Pérez Adán, 2017.

También en la visión del investigador, el feminismo así como otros factores como la destrucción de la industria de la historieta que siempre fue machista, tienen que ver en la cantidad de historietistas mujeres que existe actualmente, muchas de ellas incluidas en esta exposición (en una proporción de 11 sobre 9 hombres): “Que existan espacios como Clítoris, Vamos las Pibas o Chicks on Comics habla de una proliferación de voces femeninas que a la historieta argentina le hacía muchísima falta...Al mismo tiempo, los fanzines, los eventos, las editoriales, las comiquerías, que existen hoy son mucho más diversas y felices, mucho más acogedoras para una mujer que desea comenzar su carrera de historietista o simplemente ser lectora.”

Sobre el levante y mi trasero, Zukermercado, 2016.

Finalmente, muy feliz por cómo quedó el espacio, el montaje y el color de Deseos y Problemas, Gandolfo se quedó con ganas de incluir a otros artistas: “Me hubiese encantado que esté Diego Parés con alguna de sus páginas de El Sr. y la Sra. Rispo más salvajes. Me hubiese gustado que esté Quique Alcatena con alguna página de sexo en medio de un mundo de fantasía. Y hubiese amado poder incluir a Maitena con algunas de sus historietas de los 80s, bien hermosas y sexuales. Alguna página de Divito, con sus famosas chicas. Luego, también, fui descubriendo artistas jóvenes que se me pasaron por alto y hubiese sido buenísimo que estén, como Agustina Casot e Ignacio Noé... Si hubiese una próxima, esos serían algunos de los nombres que me gustaría que estén”.