Esta mítica confitería de Buenos Aires se instaló en la esquina de Rivadavia y Medrano, un 21 de Septiembre de 1884. Pero es alrededor de la década de 1920 cuando se construyó el actual edificio. Un selecto café con sus vidrieras y puertas de vidrios curvos, sus vitrales franceses y sus pisos de mármol italiano.
Además de la belleza de su edificio, Las Violetas fue el lugar de encuentro elegido por renombrados políticos, artistas y escritores de diversas épocas. Por eso fue declarado “Lugar histórico de la Ciudad” en 1998 por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Hoy como en antaño, las tardes de las Violetas es el momento indicado para darse un permiso y saborear un delicioso, humeante y aromático té, acompañado por la dulzuras típicas de su confitería.
Para almorzar y cenar, las Violetas también ofrece una cocina sin límites en cuanto a calidad, variedad y cantidad, una excelente carta de vinos, y una esmerada atención, en un ambiente cálido y confortable.