Esta ecléctica mansión de estilo neorrenacentista fue la casa del coleccionista Don Isaac Fernández Blanco y la primera sede del Museo que lleva su nombre. Hoy es uno de los últimos testimonios del gran cambio urbanístico que experimentó la ciudad de Buenos Aires durante las dos últimas décadas del siglo XIX.
Como parte del programa de restauración de la Casa Fernández Blanco y su reconversión como segunda sede institucional se ha puesto en valor en esta última etapa el Salón Fumoire y se han refaccionado tres salas del sector posterior y más antiguo del edificio.
Junto a la exposición de su colección permanente, en la Casa Fernandez Blanco actualmente se realizan muestras temporarias, ciclos de música de cámara y puesta en escena de obras teatrales.