En la obra dirigida por Agostina López, un padre, junto a sus dos hijas, viaja a su pueblo natal. El descanso de la noche termina pero es como si el día nunca empezara; el sol comienza a salir, pero esta familia jamás abandona la ruta. El padre no vuelve a manejar el auto, su percepción se altera y el tiempo se detiene. En un auto inmóvil en medio de la ruta, esta familia frena el futuro para recordar el pasado y revivirlo incansablemente. El padre recuerda cómo le enseñó a nadar su madre, las hijas recuerdan la banda de música que tenían con su padre cuando eran chicas. Todo es recuerdo. Son personajes melancólicos que no pueden ir hacia el futuro.