El momento en que un bailarín se olvida de todo, el desconcierto, lo insostenible, la duda, la polifonía sonora, la des-centralización, y la austeridad serían el principio ideológico para la construcción estética del planteo. Mostrar lo que no se debería ver, lo que no se debería escuchar, lo que no se debería pensar, lo que no se debería incluso imaginar.
En Bajo, feo y de madera hay una ausencia total de trama, la compañía trata de sostener lo insostenible... a ver... sería como una pieza de Mozart, ejecutada por músicos bajo los efectos de algún “daño” que les impide cualquier intento de ejecución medianamente correcta.
La obra presenta una destrucción de los valores de los lenguajes, tanto del verbal como del movimiento. Es decir, la puesta en crisis del lenguaje como referente unívoco y adecuado para transmitir conceptos o acciones. De este modo, los elementos dramáticos se emparientan con las nuevas teorías del lenguaje, exponiendo las ausencias más que las presencias.
Autor: Mariano Pensotti // Actores: Luciana Acuña, Edgardo Castro, Eugenia Estévez, Marcelo Ferraris, Fabián Gandini, Amalia Pérez Alzuelta // Idea: Luis Biasotto // Dirección: Luis Biasotto // Producción: Gabriela Gobbi //