Huye, de Jordan Peele

La 90º ceremonia de los premios Oscars ha sido celebrada el día 4 de marzo. Sin embargo, gran parte de las películas nominadas se han finalizado de estrenar esta semana en la cartelera porteña.

Por ello, te recomendamos las cinco cintas infalibles de esta entrega que no podés dejar de ver.

1. ¡Huye!

Jordan Peele, comediante reconocido por sus frecuentes actuaciones en Mad TV y por ser autor y protagonista del programa cómico Key & Peele, se atrevió en 2017 a escribir y dirigir su ópera prima, ¡Huye!, alejándose de los sketchs y sitcoms norteamericanas. Esta historia de terror narra la experiencia de un joven fotógrafo afroamericano que se dirige hacia un campo retirado de la ciudad para conocer a la familia de su novia (el arquetipo del buen estadounidense: blanco, católico y capitalista). Lo que desconoce es que detrás de tanta amabilidad se esconde una especie de aquelarre racista que atentará contra su vida. Planos filmados con steadycam que nos recuerdan a las caminatas de Michael Myers en Halloween (John Carpenter, 1978), escenas oníricas que nos llevan a un mundo semejante al de ¿Quieres ser John Malkovich? (Spike Jonze, 1999) y el buen uso de efectos cómicos dispuestos a calmar el drama de la atmósfera, convierten a ¡Huye! en la mejor película no sólo de su género sino, también, en la de su año. Por si quedan dudas, esta película se revela como una de las pocas del género de terror en haber sido destacada por la Academia en diversas categorías, incluyendo la de “Mejor Película”. Durante el evento, Jordan Peele pudo disfrutar de su Oscar por su original e innovador guión.

2. El Proyecto Florida

Proyecto Florida, de Sean S. Baker

Pasó casi desapercibida por el escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles, pero la película demuestra tener muchas más virtudes que solamente el mejor actor de reparto (Willem Dafoe). Relata las vivencias de un grupo de niños que deambulan de un lado a otro dentro los límites de un motel cercano a los grandes parques de diversiones de Florida. Al igual que en su anterior película, Tangerine (2015), Sean S. Baker invita a explorar los bajos fondos y el lado B de las ciudades. Más que unas alegres vacaciones familiares a la tierra de Mickey Mouse, el relato muestra a una joven madre trash que hace lo mejor que puede con sus pequeños; quienes, de hecho, podrían ser la novedosa encarnación del Antoine Donel de Los cuatrocientos golpes truffautianos. No sólo impecable a nivel narrativo sino sumamente impactante a nivel visual: planos panorámicos que se asemejan a una postal de viaje kitsch (que, por momentos, resulta fea), elección de locaciones semejantes a maquetas o casitas de Barbies y una paleta de colores que hace amar al violeta. 

3. Llámame por tu nombre

Llámame por tu nombre, de Luca Guadagnino

Mitología griega, arqueólogos, pantalones cortos, un campo en el norte de Italia y la música de Sufjan Stevens son los ingredientes básicos de esta hermosa película sobre un amor de verano gay. Dirigida por Luca Guadagnino, escrita por James Ivory y basada en la novela de André Aciman, Llámame por tu nombre relata el encuentro entre un adolescente, hijo de una rica familia liberal, y un joven intelectual experto en arte. A diferencia del resto de las películas que presentan la temática gay, para el ojo del espectador, los miedos e inseguridades que debe afrontar el protagonista no están vinculados con la idea de “salir del clóset” sino, más bien, con la de llevar a cabo una relación con una persona de mayor edad. Probablemente, la elección de los actores Armie Hammer (31) y Thimothée Chalamet (22), cuya diferencia etaria se nota marcadamente en los rasgos faciales y corporales, nos lleve inevitablemente a intensificar esta cuestión. Por otra parte, en el tratamiento visual se reconocen influencias de Renoir, Pialat y Bertolucci. Una verdadera joyita con una paleta de colores deslumbrantes.

4. Tres anuncios por un crimen

Tres anuncios por un crimen, de Martin McDonagh.

¿Quién no recuerda el papel de la mujer policía interpretado por Frances McDormand en Fargo (1996) de Joel y Ethan Coen? Esta actriz increíble vuelve a la pantalla grande, esta vez dirigida por Martin McDonagh (Escondidos en Brujas y Si7te Psicópatas), para encarnar a una madre de semblante duro y tosco cuya hija ha sido violada y asesinada, sin que la policía haya tomado partido en resolver el crimen. El título alude a tres carteles de publicidad ubicados en una ruta poco frecuentada y cercana a su pueblo, y cuyo alquiler ella arrienda. El texto impreso en éstos, escritos en negro sobre fondo rojo, son una explícita crítica al negligente sistema policial del condado. Desde lo narrativo, la película presenta llamativas combinaciones de géneros, es decir, es una mezcla de western, thriller, comedia negra y drama. Con actuaciones impecables de Frances McDormand y Sam Rockwell, que les valió a ambos la obtención de la estatuilla por Mejor Actriz y Mejor Actor de Reparto, la última película de McDonagh plantea una mirada ácida de los Estados Unidos profundos.

5. Lady Bird

Lady Bird, de Greta Gerwig

Ópera prima de Greta Gerwig que cuenta la relación tempestuosa entre una madre y su hija rebelde, la cual está finalizando sus estudios secundarios. Se trata de un coming-of-age en el que se vertebran los amigos entrañables, el primer novio, la escuela, la búsqueda de la propia identidad y las inseguridades emocionales. La directora, por este film, se convirtió en la quinta mujer nominada en la historia de la categoría “Mejor Dirección” de los premios Oscars. A pesar de que la estatuilla finalmente se la terminó llevando Guillermo del Toro, Lady Bird nos invita a sumergirnos en la intimidad de una muchachita de Sacramento (California) cuyas inquietudes, ambiciones y miedos son semejantes a los de cualquier espectador con sueños y proyectos. Una propuesta ideal para los amantes del cine indie, con música de Jon Brion y canciones de Alanis Morissette.