El Teatro Gargantúa surge en 1997 del sueño de Nora Acrich y Ricardo Arauz de transformar una casa muy antigua de Chacarita en un teatro propio.
Antes allí había funcionado una ferretería, un taller mecánico y el antiguo Bar Los Andes que había sido la base para el lanzamiento a la fama del gran Julio Sosa en la década del 40.
Ricardo junto a los actores, los técnicos y los asistentes de la primera obra que allí se estreno se convirtieron en obreros de la construcción. En noviembre de 1999 la Asociación Cronistas de Espectáculos (ACE) entregaron a Gargantúa una mención especial por la apertura de una nueva sala de teatro. Después de tantos esfuerzos, un nuevo espacio cultural funcionaba en Buenos Aires.
El Centro Cultural Gargantúa, que originalmente tenía una sala para 60 espectadores, hoy llega a los 100. Cuenta también con una sala de ensayo en la planta superior, un bar, un abanico de cursos, espectáculos nuevos que se estrenan, y otros, que se comienzan a ensayar.