Quasimodo Trío está formado por Daniel Ruggiero en bandoneón y composición, Adrián Mastrocola en piano y Cristian Basto en contrabajo. Con dos CD´s editados, Quasimodo Trío y Ámsterdam, tres giras por Europa y constantes presentaciones en Buenos Aires, Argentina y Uruguay han sabido ganarse un lugar en la nueva vanguardia. Su lenguaje musical tiene sus raíces en la tradición y se roza con el jazz y la música de cámara. Forja el tango a un lenguaje visual y emocional con su propia firma.
Quasimodo, trío instrumental en el que revistan dos compositores veinteañeros bajo la premisa de explorar nuevas formas del tango, no pasa inadvertido con su disco debut. Para empezar, algunos de los músicos más reconocidos de la vanguardia del 60 les dedicaron calurosas bienvenidas. Citas a Stravinsky, cruzas de Chic Corea con Adiós Nonino y otras osadías se apoyan en el sustrato de un lenguaje que demuestran conocer. Desde la cuna en el caso de Daniel, que es hijo de Osvaldo Ruggiero, el histórico bandoneonista del inolvidable Osvaldo Pugliese y el Sexteto Tango que murió en 1994. En Daniel parecen haberse aplacado los rasgos y los gestos desmesurados del Tano pero no la vehemencia.
El alma del trío parece reposar en el bandoneón de Ruggiero, que con su decir poético y seguro al mismo tiempo, aporta gran parte de los diseños melódicos de estos temas de desarrollo largo y a veces obsesivo. Sin renegar de ninguna de las corrientes del tango más experimental, si se quiere, tampoco parece adherir fervientemente a ninguna tradición. Un muy buen manejo de los climas y las transiciones, que coloca al trío más cerca de la música escrita académicamente que del arreglo de música popular, por lo menos en lo formal de las obras, hizo que naturalmente la yunta con las cuerdas funcionara de maravillas. Con guiños a la armonía del jazz y a la música sinfónica, con algo de sentido del humor, exceden al tango como género.