Adriana Albi se inició en la cerámica escultórica pasando por diversos talleres, hasta recalar en el taller de escultura de Leo Vinci, donde permaneció por cinco años. Allí empezó a incursionar en distintos materiales, especializándose fundamentalmente el hierro y la madera.
Realizó una exposición individual en el espacio Babel – Venado Tuerto. Participó de distintas muestras colectivas y obtuvo distintas menciones y premios en escultura. En el año 2007 trabajó en la Fundación Rodríguez–Amat en Cataluña, España.