¿Cómo es que alguien que jamás se vio la cara decide que su apariencia no responde al género que le fue dado al nacer?
Eric Román Montenegro nació prematuro y las luces de la incubadora lo dejaron ciego. Ante un paisaje sonoro, su voz fue el modo más certero de afirmarse en el mundo. Por eso a los 6 empezó a cantar y no paró nunca más. Desde 2010 es parte del Coro Polifónico Nacional de Ciegos. La música es su alianza con el mundo, su norte, su desvelo. Sus padres le pusieron otro nombre, que ya no le pertenece. Asegura que cuando a los 30 años cambió su DNI, volvió a nacer.
Yo elijo mi nombre es esencialmente una performance musical. A través de un monólogo polifónico, la voz del performer ciego oficia como un espacio escénico expandido. Eric transita con fluidez por todos los géneros, sin necesidad de definirlos ni explicarlos. En penumbras, la contundencia de su voz -invisible, como el mundo para él; como la masculinidad trans para el mundo- es el testimonio vivo de que la llamada disforia de género no proviene de una imagen externa sino de un sentimiento interior, íntimo, irrenunciable: no me veo pero elijo cómo quiero verme, cómo quiero que me vean. Un nombre como la imagen acústica de una autopercepción física. La elección del nombre propio como el acto primordial de refundación de uno mismo.
Actores: Eric Montenegro // Dirección: Ivanna Soto // Iluminación: Matías Sendón // Música: Eric Montenegro // Versión: Eric Montenegro, Ivanna Soto // Sonido: Jesús Montenegro, Ana Montenegro, Pablo Paradela // Producción: Julieta Hantouch, Sol Dinerstein //