Quien se hace cronista viaja en “modo esponja”, absorbiendo todo lo que pueda, seleccionando y descartando in situ el material para sus relatos. Además, intenta ver e interpretar lo que otros no ven y trata de responder el porqué de lo que ve: claramente, el cronista no está de vacaciones.
Uno de los objetivos es que cada participante produzca la crónica de un viaje, que se irá puliendo en un ida y vuelta semanal con el coordinador y también entre los participantes. Está contemplada también la práctica de ejercicios cortos y sencillos de narración y descripción.
La escritura de textos se acompañará con la lectura de crónicas de grandes maestros del periodismo narrativo: Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, Tomás Eloy Martínez, Juan Villoro, Ryszard Kapuscinski, Martín Caparrós y Leila Guerriero.
Fundamentación:
Partimos de una premisa: el periodismo narrativo se aprende o se afina al escribir y leer en paralelo, de manera fragorosa. La lectura de los grandes cronistas es pura fruición y materia inspiradora; mientras que la escritura propia puede ser agotadora y tortuosa, coronada quizá por un goce final.
La situación de viaje periodístico obliga a activar los sentidos en “modo radar”, colocándonos seguido frente a la instancia medular de la crónica: lo inusual y el encuentro con el otro, inmerso en su cosmovisión. Ese choque inevitable se va amortiguando a medida que se indaga en lo subyacente de cada cultura, haciendo brotar la materia útil para un relato que no se limite al dato fáctico y los meros hechos. Y para esto no hace falta ir lejos: en el lugar más inesperado, cerca de casa, pueden surgir el personaje o la vivencia convertibles en un gran relato.
Una cosa es informar lo que vemos y otra casi opuesta es narrarlo. A diferencia de la noticia, la crónica reconstruye una vivencia en la mente del lector apelando a los cinco sentidos: “las cosas ocurren dos veces: en los hechos y en la representación de los hechos que nosotros hacemos como cronistas”, dice Juan Villoro. La noticia envejece rápido; pero una crónica bien trabajada puede durar siglos.
El taller está pensado para periodistas, estudiantes y graduados en Ciencias de la Comunicación u otras ciencias sociales, y para todo aquel con inclinación por la lectura y la escritura de crónicas de viaje.
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Docente: Julián Varsavsky //