Una mujer que espera, y en ese mismo acto patético de la espera, naufraga su deseo. No es mucho lo que pide; no exige una revelación metafísica ni la realización de una utopía celestial en este mundo. Sólo quiere que la amen, para llenar un poco los agujeros que en sus oídos han perforado los insultos y los maltratos. Una mujer que se refugia en su pequeño cuarto de cristal, esperando que el mundo estalle o se suicide de tanta desolación.
Sólo espera poder ser amada algún día. Amar sin devorar el deseo.
Uñas carcomidas de una obrera Post- industrial, es una obra de Guido Ondarts.