Un slow motion infinito y voraz que detiene todo cuando ya sabés que estás a punto de chocar y que ya es tarde para volantear.
Una fiesta en mi cabeza
es eso, una percepción del tiempo distorsionada, el microsegundo eterno y detenido de un accidente automovilístico fatal en la ruta que más que llevarlos a la costa, lleva a los personajes a un limbo en el que no hay vuelta atrás.
Esperando conocer lo trágico o lo feliz de su final, se provocan mutuamente para que, en el caso de morirse y no zafar, no se quede ninguna sin nada por soltar.
Sin embargo, la crudeza de las charlas comienza a calarlas y a saturarlas, destapando sus sentimientos más caóticos y crudos, pero sensibles y tiernos a la vez para volverlas filosóficas, bizarras, mundanas y necesitadas de liberación extraordinaria hasta el punto de dudar si les conviene más seguir poniendo en palabras aquello que tienen que soltar para zafar o morirse en el impacto de su propia realidad.
Actores: Celeste Abancini, Camila Lodico, Marina Sanchez // Dirección: Celeste Abancini // Coreografía: Celeste Abancini // Producción: Compañía REVOLT //