sobre esta obra que inaugura el Ciclo de Mercurio, dedicado al teatro experimental, su autor y director Luis Cano explica: " La anécdota es mínima: en una habitación, las criadas Ángela y Andrea son responsables de servir la mesa. A las actrices - que integran el grupo Ácido carmín- les gusta definir esta obra como una ‘pintura en movimiento’, donde personajes y objetos parecen miniaturas en un paisaje. Música, escenografía y vestuario retoman rasgos del pasado para incorporarlos a una experiencia contemporánea.”