Quito y Piona, dos insectos de un pantano muy lejano, se aventuran a visitar la guarida de la criatura más temida de la región: Tita, la planta maldita. Pronto descubren que los rumores acerca de su ferocidad son ciertos. Es que se trata de una planta carnívora, aficionada a la gastronomía, que no hace más que recitar poesía y cocinar a sus presas. Pero eso no es lo único que encuentran allí, puesto que también se topan con Lalá, una niña aprisionada a quien Tita confundió con una rana.
Descubiertos y capturados, Quito y Piona intentarán, junto a su nueva compañera, idear planes para escapar. Más todo cambia cuando, al advertir que Lalá no es un anfibio, la desilusionada depredadora opta por devorar la luna. En un último intento por frenar su voracidad, le ofrecen un nuevo platillo para agasajar su paladar: queso de arándanos. Deleitada por su extraño sabor, Tita acabará prefiriéndolo y sus prisioneros lograrán su libertad y el resguardo del ecosistema.