Histrionismo, canciones populares, temas propios, humor y por supuesto algún tango. Esas son las aristas por las que se mueve el show de Soledad Villamil, imposible de encasillar o catalogar. Un concierto que va de una punta a la otra y en el cual Soledad muestra su versatilidad, hace cantar al público, juega con ellos y consigue una conexión íntima propia de ella y del lugar. ¿ Sus discos? Están los cuatro representados, hay lugar para reversiones y para charlar de música, de lunfardo, de personajes, historias y sobre todo para disfrutar de un gran show en uno de los más característicos clubes de música de la ciudad. La acompañan de manera impecable Coqui Rodríguez en guitarra, Cristhian Faiad en batería y Pablo Giménez en bajo.