Esta exposición de Roberto Aizenberg (1928-1996) abarca gran parte de la vasta obra del artista, y se provilegian los dibujos y collages elegidos y ordenados, que invitan a revelar la enorme profundidad del misterio.
En una entrevista realizada por Inés Katzenstein, Aizenberg explicó que pintaba y creaba obras como lo hace la naturaleza, sin ideología, sin preconceptos: “Hay que pintar con la naturalidad de la respiración, como fluye la sangre”.