Tomando como base a dos familias de un pueblo de Siberia, separadas económica y socialmente, Konchalovsky recorre casi toda la historia de la Unión Soviética, desde su nacimiento hasta su agonía. El hecho de que el realizador, cuyo film anterior había sido objetado por las autoridades, obtuviera autorización y recursos para emprender semejante proyecto es prueba suficiente de que los caminos del cine soviético eran inescrutables. Sin embargo, poco después Konchalovsky se hartó de ellos y pasó a ser el único cineasta soviético que desarrolló una carrera en Hollywood.
URSS, Sibiriada, 1979, 200'.