En el texto que acompaña la exposición, su curadora Lara Marmor escribió: Le Corbusier dedicó mucho tiempo a pensar la forma y la función de las ventanas hasta llegar a la maravillosa idea del ventanal entendido como muro de luz. En 1923 cuando diseñó _La Ville La Roche_ propuso algo novedoso para la época: la desmaterialización de las paredes. Así, una casa se transformaba en un aparato desde donde mirar el mundo y un lugar donde el paisaje pasaba a formar parte del interior del edificio.Para el décimo aniversario, PROA remodeló y amplió su casa. El elemento fundamental de la nueva propuesta fue la gran fachada de vidrio. Los principios operativos de transparencia y apertura que se desprenden de este gran vidrio son los disparadores de nuestra exposición, donde las tres obras que se presentan buscan trascender las condiciones de la arquitectura real y alterar de manera sutil e inteligente la relación entre interior y exterior.Así los artistas que forman parte de la exposición proponen, según explica Marmor:Eugenia Calvo despliega sobre la baranda de la terraza una estructura que transforma el muro en camino. S/T (argumento) sugiere caminar sobre la línea de frontera que separa a La Boca del museo. Propone habitar el punto de encuentro entre dos mundos. Leandro Tartaglia estrena Un vaso de agua. El público se sienta en una mesa y con auriculares escucha un relato que revela la historia común entre el agua del vaso y la del río, también suenan los sonidos de su circulación dentro y fuera del edificio, haciéndose concreta la relación exterior-interior. Ivana Vollaro construye una tarima para elevar una mesa y sus sillas. Quienes se sientan aquí descubren el paisaje que el muro de la terraza habitualmente tapa. Para estar a la altura desactiva el muro como barrera visual, corriendo efectivamente los límites del lugar".

Última fecha

dom

28

septiembre / 2014

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