La exposición retrospectiva de Enrique de Larrañaga (San Andrés de Giles, 1900 – Buenos Aires, 1956) acerca al público un artista central en el arte argentino de la primera mitad del siglo XX.
Asociado generalmente con la última etapa de su vasta producción, los payasos resueltos desde fuerte coloridos, la muestra logra revisar críticamente su larga trayectoria a partir de núcleos significativos: el paisaje nacional de su momento inicial, seguidor de Fernando Fader, la estadía en España con sus luminosas vistas de Madrid y escenas populares, bajo el impacto de la obra de José Gutiérrez Solana. Por ello su obra es singular en el ámbito local, se afirma en la continuidad de una tradición española, cuando el “arte nuevo” se asociaba a la modernización de la escuela de París.
En 1931 regresa a Buenos Aires, consolidado con la obtención de los premios nacionales y provinciales y la evolución estilística de su pintura desde los años cuarenta. Larrañaga fue un artista reconocido en su tiempo por el gran público y la crítica por sus asuntos de circo y carnaval, pero además fue uno de los retratistas más sólidos de su generación. Por ello, los retratos ocupan un lugar tan destacado en la exposición como aquellas escenas de la cultura popular.Curador: Roberto Amigo.