La ópera prima de Edgardo Cozarinsky sigue a un personaje de rostro anguloso (Jorge Álvarez) en sus encuentros y derivas por diversos espacios de Buenos Aires. Su libertad formal y su agudeza poética (y también política) lo ubican entre lo más importante realizado por el cine argentino del período, no obstante lo cual (o quizá por eso) nunca tuvo estreno comercial y hubo muy pocas copias, hoy perdidas o en mal estado. El negativo original fue rescatado por la Fundación Cinemateca Argentina tras el cierre de los laboratorios en que se hallaba depositado. Cozarinsky lo trasladó a Francia y lo depositó en la Cinemateca Francesa. En 2011 el negativo fue importado temporalmente a Buenos Aires para la obtención de una copia nueva en 35mm, que fue dosificada por Alberto Acevedo y Walter Ríos, con supervisión de Cozarinsky. Esta recuperación fue producida por Fernando Martín Peña, con la colaboración de Malba - Fundación Costantini y Cinecolor.