Inspirada en el clásico cuento de Hans Christian Andersen (1835), esta producción del Complejo Teatral de Buenos Aires, llevada a escena por el Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín, se presenta en el Centro Cultural San Martín a partir del 18 de mayo.
En su versión de teatro de sombras, seremos testigos de un viaje mágico en donde Pulgarcita, nuestra valiente protagonista, atravesará múltiples aventuras que le dejarán enseñanzas sobre la amistad, la solidaridad y el cuidado del planeta.
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Sinopsis
Un día, tal vez por un misterio, o por un capricho de la Madre Naturaleza, nace, en el seno de una Flor del Irupé, un pequeño y mágico ser. Es una niña muy pequeñita a la que llamaron Pulgarcita.
La niña, que es muy curiosa e inteligente, vivirá todo tipo de aventuras y peripecias. Debido a su extraño origen y a su tamaño diminuto, el mundo de la naturaleza le será muchas veces hostil y peligroso, y otras fascinante y atractivo. Atravesará dificultades y desilusiones. Pero también conocerá la amistad y la solidaridad. Aprenderá que la compasión y el amor pueden iluminar el camino y guiarnos a la salida de los lugares más oscuros. Y finalmente, ya segura de sí misma, podrá volar hacia la libertad.
“Contamos Pulgarcita con la técnica de teatro de sombras”, expresan Pablo del Valle y Estanislao Ortiz sobre la adaptación del célebre cuento. “El origen de esta técnica es tan antigua que se pierde en la noche de los tiempos. Seguramente nos acompaña desde la época de las cavernas y en el comienzo del dominio del fuego. La creación se origina desde la luz, que es capturada por el cuerpo, la silueta. Se logra así la producción de la sombra, que es la imagen. Ésta sólo puede ser apreciada, si tiene un dónde, un espacio, un soporte para ser proyectada. En nuestro caso será una pantalla en la que los titiriteros proyectarán los objetos, sus cuerpos, y las diversas imágenes que configuran la historia. El clásico cuento Pulgarcita, de Hans Christian Andersen, resultó ideal para esta propuesta, ya que nos permite jugar sobre diferentes escalas y tamaños. Al mismo tiempo, su relectura fue el disparador para una adaptación, que es un elogio de la naturaleza y su valorización autóctona. Esto nos estimuló a reflexionar sobre el equilibrio de las energías, sobre la vulnerabilidad de la vida y nuestra relación simbiótica con el planeta y los seres que lo habitamos.”