Explorando los alrededores rurales de Buenos Aires, Guillermo Srodek-Hart capta con su cámara los interiores de antiguos locales comerciales. Carnicerías, bares, talleres para bicicletas o tintorerías son fotografiados como naturalezas muertas. Objetos destinados al consumo que quedan así plasmados de una manera inamovible y devocional. Para muchos de estos locales, el registro de Srodek-Hart es la última foto de un mundo que va desapareciendo. Sin modificar ningún elemento de la escena, Srodek-Hart instala la cámara de placa y se esconde tras el manto negro para encuadrar y enfocar.

Última fecha

mié

18

junio / 2014

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