Un sábado de marzo de 1986 mi madre me echó de casa. Esa noche dejé de ser su hija para convertirme en el 12D de un internado. Poco después las Hijas de la Caridad me darían un hogar muy diferente de los que veía por la tele. Cinco niños, ningún padre y una monja que nos cuidaba. Durante diez años fui mejor alumna que hija. Mientras estudiaba, crecí. Y cuando entendí que el mundo era redondo empecé a viajar. En agosto del 2002 la tormenta de Santa Rosa me encontró en Buenos Aires. Entonces no lo sabía pero aquella lluvia me convertiría en actriz. La última vez que vi a mi madre no pensé que algún día escribiría sobre ella pero la vida no se parece a nada de lo que esperaba, así que supongo que no está mal que pasen estas cosas porque ahora por fin sé de qué hablará esta obra.
De Macarena Trigo.