En el punto exactamente equidistante entre el teatro, la danza, el documental y el ensayo económico, Por el dinero narra con prolija exactitud la vida económica de cuatro artistas. A través de sus facturas, sabemos cuánto pagan de luz, gas, agua, educación privada, salud, ocio; sabemos de dónde sacan la plata para pagar todo eso. Pero la fuente de dinero nunca es la obra que estamos viendo.
Un exitoso bailarín francés que se gana la vida dando clases de francés en Buenos Aires, un músico que se gana la vida componiendo para comerciales de papas fritas, el derrotero económico de una legitimada coreógrafa, un fondo de financiación de cine europeo que junto a la Tate Modern despluman el bolsillo de un cineasta independiente.
Lejos de ser una queja o una denuncia, Por el dinero es un estudio o análisis, acaso un retrato festivo del bolsillo de los artistas en nuestro país, del absurdo rol del artista en el mercado, pero también un retrato de la perversa relación entre los fondos europeos y los artistas en la periferia.
¿De qué vivía Mozart, o Beethoven, o Bach? ¿De qué vivía Flaubert?
Si el dinero y el amor son mundos irreconciliables, Por el dinero pone en primer plano esa tragedia. Pero lo hace cantando, o bailando alegremente unas viejas coreografías de folklore que acaso se hayan conservado a lo largo de los años, impolutas, jamás violentadas por las leyes del mercado.
Intérpretes: Luciana Acuña, Alejo Moguillansky, Matthieu Perpoint, Gabriel Chwjonik.