Del diccionario, la palabra furtivo es: “Aquel que caza en finca ajena”. Masoch desarrolla su obra haciendo tributo a la pintura. Volviendo sobre una estética del arte argentino del 1900 crea una invención sobre aquello en la actualidad. Sus escenarios hablan de dos diálogos; por un lado la figura femenina; la modelo y el pintor. Estas imágenes desbordan de erotismo y romanticismo. Por el otro, pinta una serie de interiores metafísicos, la mayoría de éstos remiten a pinturas de aquella época que mostraban la riqueza de las propiedades de lujo argentinas.
Masoch pinta un realismo no justo, con cierta ironía en su visualidad, utilizando una economía de recursos, un arte pobre que se crea a partir de una colorimetría sin brillo y tonos que se mezclan entre sí donde abundan los colores tierra en su paleta, sin demasiado contraste. Esta economía de recursos da como resultado una imagen compleja, profunda, un enfoque de la realidad del mundo contemporáneo como así también de la historia del arte.
Masoch plantea el tema de la propiedad intelectual de la obra, dando pie a la evolución de ideas a partir de la referencia hacia obras históricas. Al mismo tiempo la búsqueda se convierte en única con su discurso abierto ante nuestra mirada.
Artistas: Carlos Masoch //