Eugenio Cuttica, considerado como uno de los más destacado exponentes del arte argentino contemporáneo, expone una serie de pinturas de gran tamaño y producción reciente en las cuales Cuttica ahonda la permanente búsqueda expresiva y espiritual que caracteriza su obra. Sus retratos de personajes con los ojos cerrados subrayan la intención de explorar el mundo interior de los modelos, más allá de las apariencias.
Sus trabajos apelan a la belleza, no desde la construcción intelectual sino como algo que simplemente sucede, abrazando la idea de que el artista es vehículo de una energía que lo traspasa y le es ajena. A través de su firme convicción de evidenciar otra realidad invisible, sus obras adquieren una secreta conexión con los espectadores que posibilita reencontrar un estado contemplativo.
Cuttica continúa en la evolución de sus últimos trabajos. Sus obras no consisten en la simple imagen, construcción o representación de algo, sino que son cuerpos que nacen primero de una intención no formal, de una energía invisible. Surgen y van adquiriendo forma de adentro hacia afuera. La resultante es un grupo de entes simbólicos energéticos que hacen visible lo invisible, que transforman lo que ya no vemos por lo obvio, en algo evidente de lo que ES.