Pieza para maniquíes y un actor de reparto, un documental sobre el silencio
Nuestro espectáculo vivió un proceso que llamaríamos “pandémico”. Los ensayos comenzaron en modo presencial a fines de 2019 para su estreno en agosto de 2020. Llegó la cuarentena y con ella la desazón y la espera de tiempos mejores, pero hacia mediados de año cambiamos de opinión. Este texto de Penner habla de la cultura, del teatro, pone en debate la utilidad del arte y su consumo, en fin… cuestiona todo lo que nos preguntábamos en ese momento. Entonces los ensayos se retomaron a través de plataformas sincrónicas y pasamos varios meses reformulando las escenas grupales originales, de fuerte contacto físico. Descubrimos nuevas posibilidades para la puesta en escena de un material de semejante carga poética, nuevas búsquedas e intensidades para la actuación.
En los últimos meses de 2020 se establecieron protocolos, todavía muy duros, para el ingreso a los teatros. Así, decidimos filmar nuestro trabajo en una jornada, pero buscando que el registro que obtuviéramos no fuera sólo la filmación de una obra teatral, sino que diera cuenta de la estética surgida combinando lo que nos interesaba de la presencialidad en un ámbito teatral con lo que era ya, inexorablemente, el resultado de una experiencia en entornos virtuales.
Esto que van a ver es una exploración, un intento de dar cuenta de lo vivido en los ensayos, un documento que piensa en la experiencia escénica en pandemia. El resultado final, trabajado en la edición con la misma premisa, es el encuentro entre dos modalidades de lo escénico: Cortes sin transiciones, primerísimos primeros planos, ritmo vertiginoso y encuadres típicos de las plataformas sincrónicas, por un lado y el escenario de una sala teatral tradicional, el telón, la luz de ensayo, la frontalidad “a público” y el uso de la maquinaria teatral, por otro.
Su transmisión, esta nueva manera de acercarnos al público ahora “virtual”, augura la modalidad presencial programada hacia la primavera. Brindamos por el reencuentro.